Nami

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Orange Town está abandonada gracias a la presencia de unos malditos piratas, Nami piensa en aprovechar esta situación en la que todos se sienten confiados por el terror que le provocaron a la gente, para robarles el mapa que ellos robaron para ir al Grand Line.

Busca por los alrededores un lugar que parezca que puede esconder un mapa, sin que los piratas noten su presencia, se escabulle en una habitación llena de varias cosas, en su opinión inútiles. En serio, ¿quién necesita un limpiador de narices extremadamente rojas?

Miró por todas partes, había demasiados lugares en los que mirar, bien, sería una larga búsqueda.

―Está en ese de allí― Señala un cofre pequeño cerca de su lugar.

Nami se acerca a revisarlo y encuentra justo lo que buscaba. Sus ojos brillan de emoción.

―¡Gracias!... ¿¡Quién eres tú!?― Estaba tan concentrada que no se había dado cuenta de que había una persona extra junto a ella.

―Shhh― La calla casi instantáneamente la misteriosa persona que se parece demasiado a ella―Nos van a encontrar.― Con esto, Nami identifica que no es una enemiga y deja de estar en guardia.

Mirándola con más atención, no es que se parezcan, es más como si fueran la misma persona. Aunque un poco más madura.

―¿Quién eres? ¿Por qué te pareces tanto a mí?― Nami pregunta.

―Hmm... Yo soy tú― Ella le da una gran sonrisa.

De todas las cosas raras que Nami ha vivido hasta ahora, esta sin duda era la más rara. Una completa extraña que tenía su misma cara y cuerpo, la ayudó a conseguir un tesoro y la cereza del pastel, le decía que era ella.

―Oh, vamos, no es tan extraño.― En realidad, si lo era.

Suspiro, sin nada que decir, no le importaba si era ella o no en este instante, ahora mismo lo único que necesitaba era ese mapa para ir al Grand Line y robar a piratas con mucho más dinero que en el East Blue.

―Deberíamos movernos antes de que regresen.― Le recordó "Nami" número dos.

Se movió con el sigilo que había aprendido desde años atrás, llegaron a un callejón donde se escondieron para poder aclarar un poco su mente.

―Okay, me estás diciendo que no sabes como acabaste aquí.― La Nami número dos pensó por un momento antes de que la ira invadiera sus ojos.

―Tengo alguien en mente que posiblemente allá desatado este caos.― Aunque, en realidad, no parecía enojada en absoluto.

―Bien, bien, dime algo que solo yo sabría, es la única forma de que me puedas convencer.

Nami número dos en vez de decir algo, simplemente apunto a su hombro izquierdo.

Justo donde tenía su tatuaje de Arlong.

Ella arrugó la tela de su ropa sobre la marca, mirando fijamente a su contraparte mayor.

―Bien, tú ganas.― Incluso si le parecía imposible, debería aceptar la posibilidad de que realmente viajo en el tiempo por un idiota.

―Deberíamos ir moviéndonos, no queremos que nos atrapen cuando se den cuenta de que desapareció el mapa.― La Nami número dos empezó a caminar por las desoladas calles de Orange Town, seguida de Nami número uno.

Nami se planteaba varias cosas que podría preguntarle a la otra, ya que venía del futuro, podría saber que sería de ella más adelante. Muchas preguntas inundaron su mente una tras otra.

Nami número dos no la presiono a nada, esperando que ella hablara primero.

―¿Todo..

Ella paró para ver a su contraparte menor con la cabeza abajo apretando el mapa con fuerza.

―¿Todo mejorará algún día?

Tenía los ojos fuertemente cerrados, lo único que quería era saber si alguna vez escaparían ella y su villa del maldito Arlong. Cuando no escucho ninguna respuesta, su corazón se aceleró,  no quería escuchar lo que ya sabia. Abrió los ojos cuando sintió unas manos tocando su cara. Con la sonrisa más amable que pudo poner ella asintió.―Lo hará.― No vio ningún rastro de mentira en sus ojos y se permitió relajarse.

Tal vez pudo haber llorado si no hubiera escuchado como los piratas empezaron a buscarlas.

Ya se habían dado cuenta.

La otra Nami miro hacia el cielo y sonrió lo más brillante que pudo mientras sus ojos se llenaban de cariño. Cosa que Nami número uno no pudo ver.

Así como apareció, desapareció.

Nami corrió lo más rápido que pudo de esos sucios piratas gritándole ladrona y que devolviera el mapa.

Ella y los piratas se detuvieron al escuchar un grito proveniente del cielo, todos miraron como un idiota cayó justo en medio de ellos.

Espera ¿un idiota?

Nami vio su oportunidad de oro y sonrió.

Él era su salida.

...

Saben, creo que soy adicta a los viajes en el tiempo.

Pero no importa porque me inspira a escribir y olvidarme de la realidad un rato.

No tengo mucho que decir, solo que espero les haya gustado.

Dejen su voto y cometen, me gusta cuando la gente da su opinión sobre mis trabajos <3

Bye-Bye

Memories in the MirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora