Anhelo

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-¿Suri? ¿Luca?-

-No jodas-

Un par de días pasaron desde que la pareja había llegado a españa, hoy sería su primer día en ese instituto, Seungbin y Adrianna iban a la misma clase, con eso no había problema, estaban contentos, ambos vivían exageradamente cerca, a tal punto de que vivían uno enfrente del otro, Adrianna y su familia en un piso, y Seungbin en un chalet adosado enfrente. Adrianna y Seungbin habían decidido cambiar un poco de apariencia, Adrianna se hizo mechas moradas y Seungbin se tiñó el pelo de un azul muy oscuro.

El dúo se encontraba entrando a la institución, estaban algo nerviosos, no lo iban a negar, cuando llegaron, el jefe de estudios les esperaba, les dió el horario, les llevó a su clase y se marchó. Las clases pasaron rápido hasta llegar al recreo, la pareja iba a salir de la clase, cuando un chico alto, de pelo negro con mechas rubias, ojos azules y de apapriencia risueña, los frenó.

-Hola, soy Adriel, bueno todos me llaman Apolo, vosotros podéis llamarme Apolo también- Dijo lo último soltando una ligera risa, -Como veo que sois nuevos, he supuesto que no conocéis a nadie, así que he venido a presentarme- Dijo con una sonrisa.

-Encantada, yo soy Adrianna, pero me llaman Adri, y él es Seungbin- Dijo la chica con una sonrisa, el coreano se limitó a saludar con la mano.

Los tres chicos salieron de clase y fueron al patio mientras hablaban tranquilamente, a lo lejos vieron dos figuras que les resultaron familiares, al acercarse resultó que eran los primos con los que habían convivido el último año, bueno ellos y, otra chica similar a Suri, más baja y con el pelo negro.

-¿Suri? ¿Luca?- Dijo Adrianna, los otros tres que se encontraban hablando entre ellos se giraron confundidos, y al verlos se sorprendieron.

-No jodas- Dijo el rubio para después recibir un codazo de la pelirroja quién lo fulminó con la mirada.

-Adrianna, Seungbin, ¿qué hacéis aquí?- preguntó con una sonrisa la más alta.

-Nos mudamos aquí- Dijo Seungbin con seriedad.

-Que bien- Comentó Suri.

-¿Solo vosotros dos?- Preguntó Luca de forma seria y directa.

-Sí, la señora Johnson no dejó que Jason viniera..- Dijo con tristeza Adrianna. Tanto Luca como Suri se encogieron de hombros restándole importancia a eso. -¿Por qué no os despedisteis?- Preguntó.

-Teníamos prisa- Dijo de forma seria la pelirroja -Pero, ¿qué importa eso ahora?, ¿verdad?- Dijo cambiando de tema con una sonrisa. -Veo que ya habéis conocido a Apolito- Dijo la chica atrayendo hacia ella a Adriel, para después pasar el brazo alrededor de sus hombros mientras sonreía y el chico sonreía igual.

-El único Santos que me cae bien, no como la bruja de su hermana..- Dijo Luca.

-Parece que la has invocado Luca- Dijo Apolo.

-No jodas- Dijo Luca.

Tal y como había dicho Apolo, una chica con el pelo rubio platino, de piel pálida y hermosos y oscuros ojos marrones se acercó a ellos con una sonrisa.

-Hola girlys, ah y a ti también idiota- Dijo lo último mirando mal a Luca el cuál la miró exactamente igual.

-Cuanto amor por favor, Adrianna, Seungbin, ella es Catalina la hermana mayor de Apolo, y cómo habéis podido comprobar, Luca y ella son muy buenos amigos- Dijo causando una risa en el resto, menos en Luca y Catalina, que parecía que estaban a punto de discutir por cualquier cosa como solían hacerlo.

-Con lo feliz que estaba yo sin el simio que tenéis como primo- Dijo Catalina cruzándose de brazos.

-Ay, no empecéis a discutir, por favor os lo pido eh- Dijo la pelinegra que hasta el momento se había mantenido callada. -Perdón por no presentarme, soy Érika, la hermana de Suri- Dijo sonriendo.

-Un placer- Dijeron Adrianna y Seungbin casi a la vez.

-No os volváis a ir por dios- Dijo Cata, -Bueno, el simio podría no haber vuelto- Dijo haciendo reír a Suri y a Érika.

-Es que no podíamos venir sin la mascota de la familia- Dijo Suri, y acto seguido Luca se puso la mano en el pecho con indignación.

-Menos mal que tengo a Apolo, porque ni mis propias primas me quieren- Dijo abrazando al de mechas rubias quién solo río y le acarició la cabeza "consolándolo".

-Dramático- Dijo la pelinegra.

Y así pasaron los días, al parecer Luca, Cata, Suri y Érika iban a una clase distinta, pero coincidían en algunas clases, y se reunían en el recreo, los novios pronto conocieron a Gabriel, o bueno, Xana, un amigo del resto, el cuál había faltado porque se había hecho daño en la rodilla, el grupo cada vez se llevaban mejor, bueno, todos no, Luca y Catalina peleaban día sí y día también, peleaban por todo, y aún más cuando salían de un examen, se podían tirar todo el recreo discutiendo y en la salida del instituto seguir discutiendo, era ya costumbre. En verano quedaron en hacer un viaje a Canarias, de donde eran Catalina y Adriel y pasar allí el mes.

-El año que viene estaremos ya en la universidad, dios mío- Dijo Xana.

- Si dios quiere- Dijo Érika.

-Dios Érika, pareces mi abuela cuando le digo "Hasta mañana"- Dijo Cata, haciendo reír al resto.

Los chicos se encontraban sentados en los bancos del patio delantero de la institución, el centro que tenía forma de "L", tenía dos patios, el delantero, el cuál tenía varios bancos, una cafetería y el acceso al parking de profesores, y el trasero, en el cuál estaban las dos canchas de fútbol, una zona con césped y algunos árboles donde, en primavera los alumnos solían sentarse.

-Que pereza tener que volver a madrugar- Dijo Luca.

-Y tanto, con lo bien que estábamos en canarias- Dijo Suri.

Minutos después Luca se levantó, fue a ver las listas de clases y volvió para informar al resto, aparentemente, este año las cosas había cambiado, para su desgracia le tocó en la misma clase que la canaria, con el matiz de que el resto del grupo iba en otra diferente, todos juntos, ambos se quejaron abiertamente y a pesar de tratar de hablar con jefatura, no se les permitió cambiarse de clase, cosa que les molestó y divirtió al resto.

-Esto no puede ir peor- Dijo Luca, su tutor había decidido que él les diría dónde sentarse, y, al parecer, el hombre determinó que sentar a la canaria a su lado, era una magnífica idea.

-¿Qué le he hecho yo al universo para que me pase esto?- Murmuró Cata sentándose a su lado de mala gana.

Era sábado, el primer fin de semana del curso, y Adrianna y Seungbin habían quedado, para ir a pasear tomar algo, pasar la tarde juntos en resumidas cuentas.

Seungbin había llevado a Adrianna al parque del Retiro, cuando llegaron Adrianna se quedó observando los patos que nadaban por el lago, minutos después Seungbin la llamó, al girarse vió una manta en un violeta claro extendida sobre el césped, sobre esta había diferentes tipos de aperitivos, y bebidas, Adrianna sonrió y se sentó junto a Seungbin con una sonrisa.

-¿Estamos celebrando algo?- Preguntó mirándole, a lo cuál el otro negó.

-No hace falta celebrar nada para ser romántico contigo Adri, eres la luz que alumbra mis días- Dijo para después besar sus manos. Adrianna se sonrojó levemente y sonrió.

-Adri, eres la luz que me guía en la oscuridad, el ángel que habita en mis sueños, la razón por la que tengo fé en la humanidad, eres la princesa con la que soñé cuando era niño, eres mi todo, y no hay nada en tí que cambiaría, eres todo a lo que alguna vez soñé llegar, no hay nadie que te opaque, pues hasta tu al sol logras opacar, eres todo para mí y no sabría qué hacer sin tí. Te amo Adrianna- Dijo para después darle un beso en la mejilla.

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La luna entre tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora