Capítulo 17

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☆--◇◇Guerra Mental◇◇--☆

Narrador Omnisciente

Nevada, Estados Unidos

Kelsie flotaba en una oscuridad profunda, sin saber dónde estaba o qué había sucedido. Su mente era un laberinto de pensamientos y recuerdos confusos. Intentaba recordar su nombre, su historia, su vida... pero todo parecía estar muy lejos.

De repente, una voz en su cabeza le susurraba.

<<No te rindas, Kelsie. No te rindas>>

Era su subconsciente, luchando por mantenerla viva. Pero la oscuridad era tan densa que parecía imposible escapar.

La mente de Kelsie era un enredo de emociones, y de repente, se encontró de vuelta en su dormitorio, reviviendo un momento que pensó que había dejado atrás. Su esposo, Hassan, estaba parado frente a ella, sus ojos llenos de una mezcla de emoción y nerviosismo.

-Kelsie, tengo una sorpresa para ti-dijo, sosteniendo una pequeña caja-He estado pensando y ya tenemos 5 años de casados, y quiero que empecemos una familia.

Kelsie sintió una ola de pánico que la invadió. No estaba lista para un hijo, no estaba lista para estar atada. Pero la cara de Hassan estaba decidida, y ella sabía que no escucharía. Ella no podía parirle a otro que no fuera su amado, por quien había entrado en ese juego.

-Por favor, cariño-dijo, su voz suavizando-Solo piénsalo.

Kelsie intentó alejar el recuerdo, pero este persistió, haciéndola sentir atrapada y sofocada. La oscuridad se cerró a su alrededor, susurrando cosas crueles en su oído.

<<Estás atrapada, Kelsie. Nunca serás libre>>

De pronto otro recuerdo la asalto haciendo temblar su subconsciente. Ya no se encontraba en su dormitorio ahora estaba en una clínica, atada a una camilla, mientras gruesas lágrimas bajaban por su rostro.

-Por favor- suplico entre llanto.

La figura de Alib Brown, el hombre que había sido su verdugo, se cernía sobre ella como una sombra maligna. Kelsie sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al recordar el sufrimiento que había padecido a manos de ese hombre. La mirada de Alib era como un cuchillo que la desgarraba por dentro, llenándola de asco y rabia.

-Shh..-se acercó el hombre y acarició la mejilla de su nuera. Ella giró su rostro asqueada mientras trataba de cerrar sus piernas que se mantenían abiertas.

-¿Por qué lo haces?- preguntó Kelsie con una voz temblorosa, tratando de contener las lágrimas que pugnaban por salir.

Alib se acercó a ella, su aliento caliente en la mejilla de Kelsie, y respondió con una sonrisa cruel.

- Porque tú no puedes parirle a mi hijo, su sangre no es pura.

Kelsie sintió un sollozo escapar de su garganta, pero se negó a llorar más. No daría a Alib Brown el placer de verla sufrir.

-¿No te bastó con hacerme sufrir hace años?- preguntó con odio, tratando de liberarse de las ataduras que la sujetaban.

Alib se rió, un sonido que helaba la sangre de Kelsie.

Mentiras Destructivas [+21] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora