5 CONFESIONES - HAOBIN -Terminada

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Ya había pasado cerca de dos semanas. Después de aquel incidente Zhang Hao lo había evitado por todos los medios. Se levantó más temprano y evito cruzar frente a él en la institución.

—Zhang Hao, Zhang Hao, ¿No me escuchaste?

—¿Que diablos te ocurre? Aishh que molesto. ¿Estabas ignorandome justo ahora? —volvio a hablar Wonyoung.

—¿Ah? Disculpa, ¿Que dijiste?

—Te pregunté por qué vinimos a este restaurante, ¿Estás sordo? — dijo Wonyoung levantando la ceja.

—No me gusta el menu de hoy de la cafeteria.

—¿Estas seguro que no estás intentando una cita?

—Sinceramente para eso te llame, ¿Quieres que nos volvamos ver está noche? —preguntó Hao con tranquilidad mientras comía.

—Okey, ¿En dónde?

—En el mismo lugar de siempre.

—Trato.

Wonyoung llevo su mano a la de Hao. Acarició con movimientos seguros y seductores, comenzó a mover su palma, trazando líneas que encendieron una chispa de deseo en ambos. Hao sintió un escalofrío al responder al tacto, su cuerpo reaccionó al contacto como si fuera un lenguaje secreto solo entre ellos. La caricia era una invitación, un recordatorio de los momentos compartidos y los que estaban por venir.

Después de comer Hao se dispuso a llamar a su mejor amigo ( y hermano de Sung Hanbin)

—Jiwoong hoy no puedo ir a tu casa, tengo algo que hacer.

—No te preocupes Hao, de todas maneras estaba por llamarte. Mi hermano menor se acaba de accidentar.

—¿Que?

—Se ha fracturado el brazo por accidente.

Si bien, el mayor estaba muy seguro de su sexualidad y sentimientos, Hanbin seguía siendo su amigo. Zhang Hao no pudo evitar estar preocupado por él el resto del día. Jiwoong le había dicho el nombre del hospital, sin embargo después de lo ocurrido se sentía demasiado incómodo para ir a visitarlo.

Aún así cancelo su cita de cama y fue al hospital.

—Haohao viniste.

Cuando llegó vio a la madre de Hanbin sentada. Sung Hanbin estaba durmiendo.

—¿Puedes quedarte aquí mientras voy a casa y regreso? —dijo ella con una dulce sonrisa.

El joven asintió y tomó asiento, esperando a que ella saliera.

Una vez que se quedó solo, su mirada se desvió hacia Hanbin, que dormía con una expresión serena y vulnerable. Hao no pudo evitar sentir compasión por su amigo. Sin darse cuenta su mano estaba sobre su mejilla, una sensación cálida que se extendió por su pecho. Observó los rasgos suaves de Hanbin, su cabello despeinado y su brazo enyesado.

Su corazón se detuvo cuando sintió la mano de Hanbin sobre la de él y vio como abrió levemente los ojos. El calor subió a sus mejillas.

—¿Estas bien? —Prengutó Hao —estaba muy sorprendido cuando lo escuché.

—Mucho mejor ahora que viniste.

Sung Hanbin sabía cómo agitarlo. Zhang Hao no podía evitar sentir lo incómodo de toda la situación, intentó quitar su mano pero el menor no se lo permitió.

—Suelta mi mano, Tu mamá no demora en llegar y podría malinterpretarlo.

Hanbin sonrió de lado y dejó ir su mano.

Al ver que Hao se levantó puso un puchero en sus labios. —Oye, ¿A dónde vas? No te vayas.

—Me quedare si no intentas poner las cosas raras entre nosotros.

—Vale, lo prometo, solo quédate a mi lado.