En otros lados del mundo, las presiones políticas no eran más gratificantes. Todo lo contrario, las tensiones aumentaban. Estados Unidos exigió a México que lo ayudara a pelear contra Italia, pero México respondió que no se metía en conflictos con nadie y que no podía hacer eso.
Mientras tanto, La India y China empezaron a ayudar a Italia para derrotar a Estados Unidos. La situación se estaba volviendo cada vez más complicada.
En medio de todo esto, el científico Frederick intentaba buscar una forma de anular el ácido que él mismo había creado. Sin embargo, sus esfuerzos fueron interrumpidos por un general que lo detuvo de forma pasiva agresiva.
"¿Qué está haciendo, científico?", le preguntó el general.
Frederick se detuvo en su trabajo y lo miró con curiosidad. "Estoy tratando de encontrar una forma de neutralizar el ácido", le respondió.
El general lo miró con escepticismo. "¿Por qué? Necesitamos todas las armas que podamos para ganar esta guerra".
Frederick se encogió de hombros. "No quiero que mi creación cause más daño del necesario. Quiero encontrar una forma de hacer que deje de ser una amenaza".
El general se acercó a él y le dijo en voz baja. "No es momento para remordimientos, científico. Necesitamos que siga trabajando en el ácido y que nos ayude a ganar esta guerra".
Frederick se sintió frustrado. "Pero ¿a qué precio? ¿Vale la pena perder vidas inocentes por una victoria?"
El general lo miró con dureza. "No me importa lo que crea, científico. Lo que importa es que siga trabajando y que nos ayude a ganar".
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Las observaciones de Frederick
Science FictionFrederick, científico de origen italiano y el más listo de su rama, recibe una carta misteriosa que lo lleva a descubrir un secreto que cambiará su vida. Su trabajo en el laboratorio está a punto de revelar un descubrimiento revolucionario, pero fue...