Lo Tengo (Casi) Todo Bajo Control - Serirei

Capítulo 1

Serizawa había mejorado notablemente en el control de sus poderes desde que dejó a Claw y empezó a trabajar para la Oficina del Consultorio Espiritual de Reigen. El control total de sus poderes era algo con lo que había luchado durante la mayor parte de su vida, así que se sentía especialmente orgulloso de haber conseguido por fin tener mucho más control, y sin necesitar ese paraguas. Se alegraba especialmente de poder hacer que su madre se sintiera orgullosa de él porque ya no vivía tan miserablemente, era feliz en el trabajo, había hecho sus propios amigos y utilizaba sus poderes para ayudar a la gente en lugar de hacerles daño.

Sin embargo, era comprensible que no tuviera un control total sobre su poder. Sin duda había progresado hasta un punto en el que perder el control de sus poderes no provocaba un gran desastre ni una explosión de energía. Sin duda, mejoraba en no perder el control cuando se ponía ansioso o molesto. En lugar de ocultar sus emociones, Serizawa había aprendido a reaccionar con ellas. Si se enfadaba, sabía que debía contenerse en algún lugar de su interior para limitar la posibilidad de que algo saliera volando por los aires. Aprendió técnicas para calmarse si se sentía ansioso. Esencialmente, Serizawa había progresado hasta el punto de que no perdía el control sólo porque se produjera un pico en sus emociones cuando se enfadaba.

Sin embargo, Serizawa había pasado tantos años sintiéndose solo y desdichado que la felicidad y la alegría que por fin experimentaba eran bastante nuevas para él. Estaba descubriendo que ciertas cosas le hacían sentir emociones diferentes, pero buenas. No se había dado cuenta antes de que, al igual que sus poderes estaban conectados a su ira y rabia, y experimentar esas emociones las hacía explotar, sus poderes también estaban conectados a sus emociones felices, y experimentar felicidad también hacía que sus poderes reaccionaran.

Por eso se había vuelto extremadamente embarazoso para Serizawa cuando se dio cuenta de que últimamente había tenido más deslices debido a su crush por Reigen.

No sabía si podía llamarlo amor exactamente, pero Serizawa tampoco se había sentido nunca así por una persona. Se conformó con llamarlo crush, con la esperanza de que no creciera. Nunca se había enamorado de nadie, así que no sólo el concepto de sentir algo así por alguien era nuevo para él, sino que estaba aprendiendo lo que se sentía al sentir algo así por alguien. No se había dado cuenta de lo intensa que podía ser la atracción romántica, tanto emocional como físicamente.

El problema era que Serizawa descubrió que cada vez que pensaba con cariño en Reigen, le entraban mariposas en el estómago, y aparentemente, cuando le entraban mariposas en el estómago, las cosas... flotaban.

Cuando regresó a su apartamento, dejó que su mente vagara pensando en Reigen. Tuvo que admitir que disfrutaba viendo libros, tazas y cuadros flotar lentamente por la habitación. Era interesante ver alguna manifestación física de sus sentimientos, aunque fuera una forma extraña de representarlos. Ver cosas flotar porque se sentía feliz sólo le hacía más feliz.

Pero, por supuesto, la situación no podía ser sencilla.

Por un lado, Serizawa se encontraba mirando a Reigen cuando sabía que Reigen no estaba mirando. Estaba admirando las cosas que le gustaban de la cara de Reigen cuando veía algo flotando por el rabillo del ojo. Normalmente era un bolígrafo o dos, tal vez un libro. Una vez, accidentalmente, hizo flotar el cenicero que había junto a Reigen mientras éste estaba sentado allí. Por suerte, Reigen nunca pareció darse cuenta, pero Serizawa seguía regañándose por su descuido. También era extremadamente embarazoso porque, como mínimo, si Reigen se daba cuenta de que Serizawa estaba haciendo flotar cosas accidentalmente, Serizawa probablemente parecería incompetente y sin control. Si le decía a Reigen que no era incompetente, que sólo estaba enamorado de él, estaba seguro de que eso acabaría causando aún más problemas.