Rin se recostaba en su cama, el móvil en mano, mientras revisaba obsesivamente las notificaciones en Instagram. Cada "me gusta", cada comentario positivo era una pequeña válvula de escape, una confirmación de que, al menos en el mundo virtual, no estaba sola. "¿Cómo ganar más seguidores?" se preguntaba a menudo. "¿En esta foto parezco feliz?" No era solo una pregunta trivial, era una búsqueda constante de validación.
A diferencia de Rin, su hermano Len nunca se preocupaba por su perfil en redes sociales. Sus publicaciones eran simples, casi inocentes: fotos de su mascota, Pelusa, o momentos espontáneos de su vida cotidiana. Para él, la autenticidad era una segunda naturaleza, algo que Rin anhelaba desesperadamente pero no podía alcanzar.
Un día, mientras Len estaba en su habitación, Rin se acercó con su móvil en la mano. "Len, ¿crees que me veo bien en esta foto?" preguntó, mostrándole una imagen suya sonriendo junto a una bebida popular. La sonrisa, aunque brillante, era una fachada cuidadosamente construida.
Len la miró y suspiró. "Se nota que es falsa. Rin, me preocupas. Eres mucho más linda cuando eres tú misma. ¿Por qué no puedes ver eso?"
Sus palabras la hicieron temblar. Rin se había acostumbrado a ignorar las críticas, pero algo en el tono de Len le hizo sentir una punzada dolorosa. "No entiendes nada," dijo, su voz quebrándose mientras se dirigía a su habitación.
Esa noche, mientras miraba la pantalla de su teléfono, las palabras de Len resonaban en su mente. La imagen que mostraba al mundo era una versión pulida de ella misma, pero detrás de esa perfección se escondía un vacío abrumador. ¿Quién era ella realmente? Esa pregunta la atormentaba. En la escuela, Rin había sido excluida y ridiculizada. Sus compañeras la consideraban rara y los chicos le decían que no era lo suficientemente femenina. Esa soledad y dolor la habían llevado a crear una fachada de perfección, una máscara que pensaba que la protegería de sentirse rechazada nuevamente.
Sin embargo, mientras la presión de mantener esa imagen perfecta la envolvía, Rin sintió que la verdadera ella estaba cada vez más oculta. La vida real y la vida virtual se habían entrelazado en una confusión dolorosa.
Esa noche, se armó de valor y fue a la habitación de Len. Sus lágrimas empezaron a caer antes de que pudiera decir una palabra. "Len, ¿por qué me duele tanto escuchar lo que dijiste? Antes podía ignorar esas cosas, pero ahora... no sé qué hacer."
Len la miró con comprensión y la tomó en sus brazos. "No quiero que te sientas así. La gente puede ser cruel, pero no necesitas esconderte detrás de una imagen perfecta. La Rin que yo conozco es increíble tal como es."
Rin se aferró a su hermano, su mente aún girando en torno a la necesidad de ser aceptada. "No sé quién soy sin todas estas mentiras," susurró. "Me siento atrapada en esta perfección que no es real."
Sin más palabras, Rin le entregó su teléfono a Len. "Borra todo... libérame de esto," pidió con voz temblorosa.
Len asintió y comenzó a borrar cada publicación, cada imagen que representaba una versión de Rin que no era del todo ella. Mientras el perfil se vaciaba, Rin sintió como si un peso se levantara de sus hombros. Adiós a mis pequeñas mentiras, pensó.
"Gracias," dijo, su voz llena de gratitud. Aunque el camino para redescubrirse a sí misma sería largo, sentía que había dado un primer paso importante.
Len la miró con una sonrisa suave. "Eres perfecta sin todas esas fotos, Rin."
Rin no podía predecir el futuro, pero por primera vez en mucho tiempo, se sintió esperanzada. Quizás, al final, encontraría la paz al reconectar con la persona que realmente era.
607 Palabras
He revisado y reeditado "Mentiras" porque sentía que la versión anterior no era muy vacía. Inicialmente, el fanfic estaba centrado en Miku y Len, pero mientras trabajaba en la reescritura, me di cuenta de que sería lindo hacer de Rin la protagonista. Espero sinceramente que esta nueva versión sea de su agrado. Gracias por leer y por tu apoyo continuo. ¡Espero que lo disfrutes!