La noche había avanzado, y Jake sabía que era hora de regresar a su departamento. Pero justo cuando empezó a recoger sus cosas, Tom, con una sonrisa juguetona en el rostro, se acercó por detrás y rodeó su cintura con los brazos, recostando su cabeza sobre el hombro de Jake.—¿Seguro que tienes que irte? —susurró Tom, su voz llena de esa suavidad que siempre hacía que Jake dudara de sus decisiones—. Podrías quedarte... una noche más.
Jake rió suavemente, aunque no podía evitar sentirse tentado.
—Sabes que tengo trabajo mañana temprano, Tom.
Tom no respondió de inmediato, en lugar de eso, empezó a dejar pequeños besos en la nuca de Jake, sus labios rozando la piel con delicadeza. Jake sintió cómo el calor subía por su cuerpo, sus resoluciones tambaleándose con cada caricia.
—Podrías trabajar desde aquí —murmuró Tom entre besos—. Prometo despertarte a tiempo… o, al menos, intentarlo.
Jake se giró, enfrentando a Tom con una mezcla de diversión y rendición en sus ojos.
—Eres imposible, ¿lo sabías?
—Sólo porque sé lo que quiero —respondió Tom, atrapando los labios de Jake en un beso que fue todo menos inocente.
El beso se intensificó, sus cuerpos se movieron juntos con una necesidad silenciosa que había estado creciendo toda la tarde. En medio de su pasión, se encontraron tropezando hacia el sofá, sus movimientos torpes pero llenos de deseo. Jake cayó primero, con Tom siguiéndolo de cerca, sin dejar que el contacto entre sus labios se rompiera.
Pero justo cuando las cosas empezaban a calentarse, un sonido familiar y un tanto inoportuno interrumpió el momento. Un maullido agudo y exigente resonó por la sala, seguido de un segundo, aún más insistente.
Tom se separó de Jake con un suspiro, levantando la cabeza lo suficiente para ver a Gabs mirándolos desde el otro lado de la sala, sus ojos verdes brillando con una mezcla de curiosidad y reproche.
—¿En serio, Gabs? —murmuró Tom, claramente frustrado.
Jake no pudo evitar reírse, aunque comprendía la frustración de Tom. Se incorporó un poco, acariciando el cabello de Tom en un intento de calmarlo.
—Quizás deberíamos darle algo para entretenerse —sugirió Jake, su voz aún entrecortada por la reciente intensidad del momento.
Tom resopló, pero se levantó del sofá, caminando hacia un pequeño cesto donde guardaba los juguetes de Gabs. Agarró uno de sus favoritos, un ratón de peluche, y lo lanzó hacia la cocina.
—Aquí tienes, Gabs. Diviértete.
La gatita observó el juguete por un momento, su instinto cazador tomando el control. En un abrir y cerrar de ojos, salió disparada tras el ratón, sus zarpas arañando suavemente el suelo mientras lo perseguía.
Tom, satisfecho de haber solucionado el problema, volvió su atención a Jake, una chispa de picardía brillando en sus ojos verdes.
—Ahora, ¿dónde estábamos? —preguntó, su voz bajando un tono mientras se inclinaba sobre Jake una vez más.
Jake no tuvo tiempo de responder antes de que Tom lo atrapara en otro beso, sus labios encontrándose en una mezcla de anhelo y determinación. Sin embargo, a pesar de la aparente paz, ambos sabían que el momento no duraría mucho.
Y tenían razón.
Gabs, después de haber capturado su ratón, se dio cuenta de que algo faltaba. Sus ojos recorrieron la sala, buscando a su humano favorito y a Tom, pero no los encontró. Fue entonces cuando escuchó un sonido sordo, como si una puerta se hubiera cerrado en alguna parte de la casa.
Su pequeña mente felina procesó la situación rápidamente. Ellos se habían ido… al cuarto de Tom.
Sin dudarlo, Gabs se dirigió al pasillo, sus patas moviéndose con determinación mientras avanzaba hacia la puerta cerrada. Una vez allí, se sentó frente a ella, maullando en un tono lastimero que transmitía toda su frustración.
Cuando no obtuvo respuesta, empezó a rascar la puerta, arañando con insistencia, sus maullidos tornándose cada vez más tristes y demandantes.
¿Por qué la habían dejado fuera? ¿Acaso no entendían que quería estar con ellos, con Jake, en especial?
Después de lo que le pareció una eternidad, la puerta finalmente se abrió, y Jake apareció al otro lado, su expresión suavizándose al ver a la gatita tan desesperada.
—Oh, Gabs, ven aquí —dijo Jake, agachándose para levantarla.
Gabs se dejó alzar, acurrucándose contra el pecho de Jake mientras él la llevaba hacia la cama. Tom ya estaba allí, medio sonriendo mientras observaba cómo Jake se metía en la cama con Gabs en brazos.
—Creo que nuestra chica no está dispuesta a compartir, después de todo —dijo Tom, aunque su tono no era más que de resignación afectuosa.
Jake se acomodó junto a Tom, dejando que Gabs se situara entre ambos, su pequeño cuerpo calentándose rápidamente contra ellos.
—Supongo que sólo quiere asegurarse de que todos estemos juntos —respondió Jake, acariciando a la gatita mientras esta comenzaba a dormirse.
Tom se inclinó, besando suavemente a Jake en la frente antes de recostarse completamente, su brazo rodeando a ambos.
—Bueno, entonces será una noche de tres —murmuró,—. Buenas noches, amor. Buenas noches, mí dulce Gabs.
Jake sonrió, sintiendo la misma calma que parecía inundar la habitación.
—Buenas noches, cariño. Buenas noches, Gabs.
Gabs, que ya estaba casi dormida, respondió con un suave ronroneo, su forma de decir que todo estaba bien en su pequeño mundo. Y así, con la gatita entre ellos, Jake y Tom se dejaron llevar por el sueño, sabiendo que, sin importar los pequeños celos o las interrupciones, siempre encontrarían la manera de estar juntos.
Y eso, pensaron ambos en el último momento de conciencia, era todo lo que importaba.
O bueno, quizás Tom tenía un plan entre manos.
★★★
Pueden creerme que aún falta una parte? 😶
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CHATGPT fan de TomxJake??? 🤨
FanfictionChatGPT puede hacer pequeños fics, así que me tomé la libertad de escribirle u describirle temáticas para que esté le diera forma. •TomJake. •Jake en solitario. •Tom en solitario. Se aceptan ideas :D ♡