Capítulo 2.

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La noche fue larga y estresante. 

Por más que lo intentaba le era imposible dejar de pensar en los hombres que conoció, o cómo la miraban, o como la trataban... quería volver a verlos... quería volver a sentir que alguien la trataba bien.

sí, intercambiaron pocas palabras, pero la amabilidad que para otros es normal, para ella es extraña e increíble al mismo tiempo. No podía dejar de hacerse preguntas sobre lo que el castaño le dijo antes de irse. ¿Por qué se volverían a ver el lunes? ¿Acaso un simple cheque necesitaba varias visitas al internado?

Eso es algo que odiaba profundamente: sobrepensar. Porque cuando algo la inquieta o le da curiosidad, cuando algo relevante le pasa o cuando tiene alguna duda su mente no para de pensar y pensar desesperadamente en ello.

Por más de que le gritara a su propia mente que se callara las preguntas y los escenarios imaginarios no paraban de llegar con la velocidad y voracidad de un gran huracán.

Y cuando el reloj marcó las cuatro de la mañana, decide levantarse por fin y terminar con su sufrimiento mental. Al tener dos horas para estar lista, llena la bañera de agua y se mete dentro, con la intención de quedarse allí simplemente acostada y poder relajar un poco su cuerpo.

Una vez se mete dentro, pega un chillido al sentir la helada temperatura del agua.

Podría haber estado bañándose con agua helada durante muchísimos años, pero nunca se había acostumbrado, el agua fría era lo peor, sobre todo porque era tan helada que no podía respirar y sus pulmones débiles lo hacían peor. Sobre todo a esa hora, que el agua parecía salir más fría de lo normal.

Arrepentida, se da un baño rápido y sale a ponerse su uniforme.

Una vez vestida, peina su cabello, dejándolo suelto. Al no tener nada más para hacer en la siguiente hora, saca una libreta, su estuche y empieza a dibujar lo primero que se le ocurre: una mariposa.

A parte de la música, su segundo talento siempre fue dibujar.

Su libreta de dibujos estaba llena de mariposas, le fascinaban.

A veces quisiera ser como una mariposa, que empieza siendo tan solo una oruga y luego se transforma en una hermosa y admirable criatura, símbolo del cambio, la transformación y perseverancia.

Cualidades que ella no tenía.

Desde hace años, Isa cree que ha dejado de tener emociones y pensamientos positivos.

Las cosas por las que ha pasado que han dejado una marca en ella, como ver a sus padres morir y dejar de tener personas que la quisieran, apoyaran y enseñaran o las cosas que vivió con su tío y luego en el internado...

Todas estas situaciones hicieron que su mente se transformara en un revoltijo de vacío, cansancio, tristeza, odio por sí misma, inseguridades, desesperación y culpa.

Y finalmente, todos estos sentimientos mencionados anteriormente trajeron consigo cosas tales como la ansiedad, el autoestima por el piso, la falta de apetito, el insomnio o lo contrario, irritabilidad, dejar de disfrutar las cosas que amaba y algunas cosas más.

Llegó a tal punto, que de tantas actividades que amaba, lo único que logra disfrutar es la música. Ya ni siquiera sentía nada al dibujar.

Pero la música...

¿Qué sería de ella si hubiese dejado de disfrutar la música?

La música es magia, magia que hace sentir hasta al que no siente.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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