¿Amigos?

116 19 29
                                    

El verano finalmente había llegado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El verano finalmente había llegado. Los jóvenes universitarios finalmente estaban libres de tareas y exámenes después de un semestre entero tratando de seguir adelante.

Para Alexander era un alivio poder guardar sus libros y ver su escritorio nuevamente despejado, además de poder dormir más de tres horas diarias.

El día anterior había salido con Arin y Doied para poder despedirse del último ¿Quién diría que el joven genio de verdad iba a hacer un año de intercambio fuera del país? Sus amigos lo esperaban, claro, pero no por eso estaban menos orgullosos del chico.

Una salida a la playa, ir a comer y pasar toda la tarde jugando videojuegos era la despedida perfecta para un trío de amigos que no se verían hasta dentro de un año.

Sin embargo, en ese momento ElQuackity se arrepentía completamente de sus decisiones pasadas. Su impulso de querer trabajar con Arin duró exactamente dos días.

[Alexander]— finalmente prestó atención al contrario, quién tenía una mueca divertida mientras lo miraba al otro lado del escritorio —[¿Todavía sigues dormido?]

No mames Arin, son las nueve de la mañana, obviamente sigo dormido.

[No sé de qué te quejas]— Arin rodó los ojos por sus quejas, riendo al mismo tiempo que veía a uno de los gatos del refugio subirse a las piernas de Alexander para comenzar a ronronear ahí mismo —[Los gatos te aman, que envidia]

Es un don— el pelinegro sonrió con orgullo, acariciando cuidadosamente el pelaje del pequeño animalito —Saben lo que es bueno: yo.

Vio a su amigo sonreír y de inmediato se contagió, soltando una risita mientras seguía viendo los papeles de algunas adopciones que habían hecho días antes.

Su trabajo era sencillo: recibir a los gatos que llegaban, limpiarlos, dejarlos con los veterinarios, hacer papeleo de ingreso, buscarles un hogar y hacer papeleo de seguimiento para las adopciones.

A veces se encargaban de barrer el lugar, pero la mayoría del tiempo solo eran los dos jugando con los felinos para que no estuvieran estresados.

No lo iba a admitir en voz alta, pero ese trabajo realmente era increíble. Sobre todo porque todos los días, sin falta alguna, veía a Arin sonriendo por la presencia de los pequeños gatitos.

Ojalá todos los días de verano hubieran sido así, pero cuando las campanas de la puerta principal sonaron, algo cambió en sus planes.

¿Cucurucho?— Alexander se levantó confundido de su asiento, dejando al gato en su lugar para acercarse a su jefe, un hombre albino con traje blanco —¿Qué chingados tienes en esa caja?

El hombre rodó los ojos por el insulto, entrando hasta donde se encontraba el escritorio para poner la caja sobre este —Los encontré cerca de la playa.

Aprender A Amar || ElQuarinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora