'🦋:Capítulo Cinco

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Una semana.

Jungkook había hecho las cosas bien, por una semana, llegaba a tiempo a casa, Jimin creyó por un momento que su alfa cambiaría y las cosas en su matrimonio irían bien.

Pero, las buenas cosas no le duraron demasiado, Jungkook había vuelto a ser el de siempre. El que no llegaba a dormir y con quien apenas y se comunicaba.

Volvían a caer en la rutina, en esa monotonía que estaba destruyendo su matrimonio.

Mientras miraba los últimos detalles de su traje, miró otra vez su teléfono, le había mandado un mensaje a Jungkook, preguntando como iba su día, pero el alfa no había respondido después de media hora.

¿Sería capaz de soportar más años así? Si con un año sentía que ya no podía, había hecho muchas cosas para matener su matrimonio a flote. Para tratar de salvarlo, pero, las cosas eran en equipo, y solo el no podía. Incluso, para mantener esa llama de la pasión, pero, ni en eso Jungkook ponía de su parte.

La última vez que habían hecho el amor, había sido desde su celo, y de allí, Jungkook no lo habia tocado. Y era un omega con necesidades también, así que había recurrido a darse placer el mismo. Ya sea en la cama o en la ducha, pero muchas veces no era suficiente, necesitaba de su alfa.

Aveces llegaba a ser tan agobiante su vida, por más cosas que hiciera Jungkook no reaccionaba, incluso se vestía con prendas lindas y elegantes, pero parecía que Jungkook no le daba importancia. Y estaba empezando a cansarse.

¿Y cuando tengan su primer cachorro? ¿Seguirá siendo así? No quería ni imaginar eso. Porque, el anhelaba un cachorro, pero ahora con todos los problemas, no estaba seguro si fuera lo más conveniente.

Si Jungkook ya era un esposo ausente, lo más probable es que también fuera un padre que pasaba todo el día afuera, incluso la noche. No quería eso para su futura familia, el ya sabía lo que era la soledad, y quería darle la mejor familia a su futuro cachorro.

Unos toques en la puerta lo sacaron de su burbuja de pensamientos, seco sus lágrimas y dejó que la persona que tocara pasara.

Una sonrisa se plasmo en su rostro, era SoRim, quizás si no fuera por la omega, la cual siempre estaba junto a él para tratar de animarle, no sabe que sería de su vida.

— Le he traido unas galletas. —La omega entro sonriendo con una charola. Ella era la única que sabía de ese cuarto.

—Gracias SoRim. — habían dos tazas de leche tibia.

Sirvió en las dos tazitas y empezaron a degustar las galletas recién horneadas.

— Es bellísimo.— dijo mirando el traje de Jimin. Era color crema, el cual llevaba bordados platinos.

En el lado del corazón llevaba un lobo bordado, simplemente era hermoso.

— Gracias. El vestido que te prometí ya casi esta listo. Solo unos pequeños ajustes y estara a tu disposición. —La omega sonrió.

— Muchas gracias Señor Jeon.

— Puedes llamarme Jimin. Creo que la formalidad conmigo no es necesaria.

La omega asintió.

— SoRim. —Llamo de repente. La omega hizo un sonido de afirmación.
— ¿Tú estas casada verdad? —la omega asintió con una sonrisa. Y Jimin fue capaz de mirar el brillo en los ojos de la omega.
— ¿Y, como hacen para poder tener su matrimonio en balance? Los únicos días que no estas aquí son dos días. ¿Se puede mantener una relación así?.

La omega entendió sus preguntas. Y es que para los empleados no era nuevo la forma de ser de Jungkook. Ya que, la mayoría lo conocía desde pequeño. Por un momento pensaron que las cosas cambiarían, que con la llegada del omega, Jungkook dejaría de ser un hombre frío y adicto al trabajo.

KRYPTONITA 🦋 KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora