ᵀʳᵉˢ ᵀʳᵃᵍᵒˢ ʸ ᵁⁿᵃ ᴸˡᵃᵐᵃᵈᵃ

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(Esto está inspirado en la canción de Miko llama "Tres Triste Tragos" espero y les guste.)

Young Miko se encontraba en un rincón del club, observando su vaso medio lleno mientras la música retumbaba en el fondo. La noche estaba en su apogeo, pero su mente solo podía pensar en una cosa: Elizabeth. Habían pasado semanas desde la última vez que hablaron, desde aquel adiós que aún dolía. Y aunque Miko había tratado de olvidarla, la verdad era que cada trago la acercaba más a ella.

Con cada sorbo, los recuerdos se volvían más nítidos. Las risas compartidas, los momentos de intimidad, y sobre todo, la manera en que Elizabeth la había hecho sentir. "Hace frío, dame calor," murmuró Miko para sí misma, sintiendo que la soledad comenzaba a apoderarse de ella. No quería desperdiciar su amor, pero estar sola le daba un temor que pocas veces admitía.

Miko no quería otra carita linda, no quería a cualquiera en su vida. Quería algo real, algo que estuviera escrito en tinta, algo que durara. Elizabeth había sido eso para ella, pero ahora estaba viviendo al lado de la salida, siempre preparada para irse, para huir de lo que sentía.

Tres tragos. Miko miró su celular, viendo los mensajes sin responder. Elizabeth había estado en su mente todo este tiempo, pero la idea de contactar con ella la llenaba de dudas. "¿Dónde tú has estado?" se preguntaba mientras su dedo temblaba sobre la pantalla. "Tú no sabes cómo te he pensado." Pero aún así, no se atrevía a escribir.

Se levantó del asiento, tambaleándose un poco, y salió al exterior. "Un 'sal pa fuera', es que ya estoy outside," murmuró, buscando su Benz aparcado cerca. Quizás un paseo la ayudaría a aclarar su mente, a tomar una decisión.

El aire frío la golpeó al salir, pero no le importó. "Jugando con fuego," pensó mientras encendía el motor. Sabía que estaba caminando sobre una cuerda floja, que podría quemarse si seguía así, pero la idea de caer en los brazos de Elizabeth una vez más la tentaba demasiado. "Que se joda si me quemo, yo voy de nuevo."

Conducir en su estado no era lo más prudente, lo sabía, pero la nota ya se estaba apoderando de ella. Quería llegar a casa, pero cada vez que miraba su celular, la imagen de Elizabeth aparecía en su mente. "No puedo guiar," se dijo en voz alta, pero aun así, siguió conduciendo.

El dashboard del Benz brillaba en la oscuridad mientras Miko luchaba por mantener los ojos en la carretera. "Quiero llegar a casa, pero estoy viendo mal," admitió mientras su dedo deslizaba la pantalla de su celular, buscando el contacto de Elizabeth.

Finalmente, decidió llamar. El tono de espera sonó una, dos, tres veces. Su corazón latía con fuerza, esperando que Elizabeth contestara. Pero en lugar de su voz, lo único que escuchó fue la respuesta automática. "Your call has been forwarded to an automatic voice message."

Frustrada, Miko dejó caer el teléfono en el asiento del pasajero. "No debería guiar, estoy mirando el celular para ver si me llamas," pensó, dándose cuenta de lo peligrosa que se estaba volviendo la situación.

Pero la nota seguía subiendo, y aunque sabía que debería dejar de intentarlo, la tentación era demasiado fuerte. "Ya no te voy a llorar, tengo shorties pa llamar," se dijo a sí misma, intentando convencerse de que podía seguir adelante, que Elizabeth no era la única en su vida. Pero en el fondo, sabía que eso no era verdad.

Con una mezcla de emociones y un estado alterado, Miko finalmente decidió apagar el motor. Se reclinó en el asiento, mirando el techo del auto mientras los recuerdos de Elizabeth la abrumaban. Sabía que seguir así solo la llevaría a más dolor, pero por una noche más, decidió dejarse llevar, esperar que tal vez, solo tal vez, Elizabeth volviera a llamar.

𝗕𝗲𝘁𝘄𝗲𝗲𝗻 𝗗𝗿𝗲𝗮𝗺𝘀 𝗮𝗻𝗱 𝗠𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝘀 ~One Shots De Young Miko~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora