3. Quedará En Nuestra Mente

209 14 2
                                    


Sábado 16 Septiembre 1:04 am

Juanjo

-¿Por qué iba a querer quedarme a solas contigo? Te lo tienes muy creído, chavalín-me dijo Martin, no se acercó más a mí, pero tampoco se apartó.

-No sé, ¿por qué no has dejado de mirarme?

-¿Cómo sabes que te estaba mirando, eh?-levantó ambas cejas, acusándome.

-Porque yo no he podido dejar de mirarte desde que has llegado-di gracias al alcohol por darme la valentía que necesitaba en aquel momento-Estás muy guapo hoy, Martin.-a pesar de la escasa luz que había en aquel lugar, pude ver sus mejillas colorearse y una sonrisa inintencionada bailarle en los labios.

-Tú también estás muy guapo,-se me contrajo el estómago y sentía que me moría-todos los días.

Soltó una risita y yo le seguí, sentí una conexión entre nosotros justo en aquel momento y estaba convencido de que no estaba loco y él también la había sentido.

-Aunque -continuó hablando- para ser totalmente sincero, he venido solo porque no me gusta jugar al Yo Nunca.-puso una mueca de disgusto.

-A mí tampoco, nada, me había inventado lo de que tenía que mear.

-Vamos a jugar nosotros.-Soltó de repente, apoyando la mano que tenía libre en mi pecho. Se me puso caliente la zona bajo su tacto casi de inmediato, no creía haber sentido nada parecido con nadie antes.

-¿No lo odiabas?

-Sí, pero ahora me apetece-levantó sus hombros con indiferencia.- Venga, empiezo yo. Yo Nunca he tenido novia.

Ninguno de los dos bebió. Esa pregunta me fastidió un poco, ¿acaso no estaba siendo lo suficientemente claro con él?

-Vale, me toca. Yo Nunca me he sentido atraído por alguien de nuestro grupo de clase.

Le sonreí, esperando que entendiera mi evidente pregunta. Le dio un trago a su vaso y yo también, pero tenía su ceño fruncido. No entendí bien por qué. Le puse una mano en la cintura, llevaba queriendo hacerlo desde que vi cómo le apretaba esa zona su camiseta y no pude soportarlo más. Se sorprendió, pero esta vez se acercó un poco más a mí.

-Yo Nunca he querido hablarle a alguien y no lo he hecho por vergüenza.-Ambos bebimos mirándonos a los ojos.-No es mi turno y sé que esto no es una pregunta del juego, pero no aguanto más, ¿te gusta Ruslana?- Soltó muy rápido, como si realmente no pudiera contenerse más.

Que el chico con el que había soñado dos noches y que me hacía cosquillas en el estómago cuando me miraba me preguntara si me gustaba su mejor amiga se sintió como una patada en los huevos.

-¿Cómo?- estaba incrédulo.

Justo cuando parecía que Martin iba a responderme, pasó un grupo de adolescentes corriendo por nuestro lado.

-¡Está ahí la poli!-nos gritaron los chicos.

No hizo falta más. Todos los adolescentes que hacen botellón sabemos que si viene la poli tienes que correr lejos de ahí. A no ser, claro, que quieras que tus papis paguen una multa y te apetezca quedarte castigado en tu casa durante unos quince años.

Martin y yo nos miramos y nos pusimos a correr en dirección a donde estaban nuestros amigos antes, por si acaso no se habían enterado. Fue de repente que noté su mano en la mía. Estábamos corriendo de la mano. Me sentía en una nube. Sentí cosquillas en la punta de mis dedos y mariposas revoloteando por mi estómago.

Bajo Las Estrellas || JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora