CORAZÓN ENTINTADO

CENIZAS

El hombre descubrió hace setecientos noventa mil años el fuego. Yo lo descubrí, cuando por primera vez tu mirada se cruzó con la mía, sufrí quemaduras cuando tus labios rosaban los míos, aguante calores infernales cuando tu boca pronunciaba la palabra “TE AMO”. Durante mucho tiempo, fui una roca ígnea, creada después de que el calor del magma se extinguiera, una persona dura, fría y testaruda, hasta que apareciste con tu calidez.
Conforme pasaba el tiempo, más te conocía, era en tus ratos de tristeza, enojo y estrés en los que como la llama de una vela aturdida por el viento, sentías que te apagabas. Entonces mi misión era cubrirte, evitar que se extinguiera la flama de la niña tierna, dulce y cariñosa que me derretía cual cera frente al fuego. Sin embargo cuando estabas feliz, eras un incendio incontrolable, tu sonrisa se dibujaba de oreja a oreja, tus manos iba de un lado para otro, mientras el resto de tu cuerpo bailaba lentamente.
Cuando te recostabas en mi pecho, dejabas que tu corazón desprendiera pequeñas y ardientes brasas de cariño que me hacían sentir tranquilo. En las tardes de juegos, cuando mis manos provocaban en tu piel cosquillas, te convertías en una hoguera capaz de quemar todo a su paso.

Sin importar el grado de las quemaduras, yo seguía ahí, provocándote risas, enojos y ¿por qué no? Una explosión volcánica con mis besos.
Llevábamos en la mente la idea de “el que juega con fuego, tarde o temprano se quema” y a pesar de eso, yo estaba dispuesto a morir calcinado en tus brazos, pero no era suficiente, ya que tú no estabas dispuesta a lo mismo. Entonces tomamos la decisión de alejarnos, dejar que el fuego se apagara y dejar todo en el pasado. Jamás te quise dejar ir, si era necesario, eso todavía no lo sé, pero si algún día piensas en regresar, ten en cuenta que guarde las cenizas de lo que alguna vez tuvimos y mi corazón se mantiene en candela para volver a encender la pasión de lo que ya no somos. Si es en esta vida o en la que viene, despreocúpate, llevo cenizas de ti y tú de mí.