──❛❛ 𝖬𝗎𝗒 𝖻𝗂𝖾𝗇 𝗌𝖾 𝖽𝗂𝖼𝖾 que entre el odio y el amor existe una delgada línea que los separa．❜❜
¿𝐏𝐨𝐝𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐥𝐢𝐧𝐞𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐛𝐫𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐛𝐮𝐬𝐭𝐚𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐎𝐥𝐢𝐯𝐢𝐚 𝐂𝐨𝐥𝐮𝐜𝐜𝐢?
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En la casa Colucci solo se escuchaban las quejas y gritos de la hija menor por dos minutos; Olivia, la cual yacía en la sala de estar junto a su mellizo. El pobre Oliver cansado de las protestas de su hermana sabiendo que no iban a servir de absolutamente nada, la desicion estaba decidía y sus padres eran demasiado obstinados para anular el trato.
— ¡A quien en su sano juicio se le ocurre vender a su hija! — se giró a su hermano con expresión molesta. — ese viejo está loco.
— nuestro padre es un imbecil, lo sé. Me lo has acordado desde media hora, Liv. — suspiró cansado.
— ¿Y? — se giró a mirar a su mellizo frunciendo el ceño a más no poder, notablemente molesta.
— Que ahora hasta las sirvientas tienen miedo de servirte comida, boluda. — habló señalando unas galletas acompañadas de dos vasos de leche que anteriormente una sirvienta había dejado encima de la mesa, algo de lo que solo oliver se había percatado. Pues Olivia estaba muy concentrada en maldecir a su padre.
La menor relajo el ceño fruncido hasta hacerlo desaparecer, al mismo tiempo que con poca delicadeza se sentaba al lado de su hermano.
— Bueno, ya fue, ya fue. — dijo brevemente entre dientes. Aún asi, incontables maldiciones hacia su padre en su mente aparecían sin sesar.
— Ahora que estás menos loca, te contaré lo que me mando a decirte nuestro queridísimo padre. — habló haciendo énfasis en el "queridísimo"
Olivia enarcó una ceja.
"¿Ahora que me dirá el viejo ese?"
— ¿Que te dijo el viejo?
— Pero no grites, ni te escapes. Ni mucho menos llames de nuevo a la policía como ayer, Olivia. —la miró con reproche por lo de la otra vez. Exactamente cuando le avisaron lo del compromiso.
— Me matarás de la intriga, Oli?
— Bueno ya. El dijo que esta noche iremos a cenar con los Bustamantes a su casa, para que se conozcan más, que se yo. — contó mientras esperaba una reacción exagerada de parte de su hermana.
Pero en cambio de eso no tuvo nada. Su hermana se encontraba en estado de shock desde el momento que Oliver mencionó "Bustamante"
— ¡Ey, Liv, Liv! — llamó repetidas veces a su hermana mientras movía rápidamente sus manos al frente de su cara. — ya la mate.
