Gracias a la intervención de Jacob, Rachel conseguirá superar el cáncer, pero ha de parecer que todo es obra de la encantadora rubia que le ha robado el corazón, y habrá que tener paciencia.
Juliet... Bonito nombre. Es melódico, no suena vulgar ni cursi, y tiene una fuerza en su fonética que contrasta muy bien con la de la doctora.
Cómo cada mañana desde que entró a trabajar en los laboratorios que dirige su exmarido, la doctora se sienta en los bancos del parque de enfrente del edificio a desayunar. Como está ahorrando para pagar la quimioterapia de su hermana ha tenido que recortar gastos, entre ellos darse el lujo de desayunar en una cafetería o comprar café para llevar todas las mañanas.
No es algo que parezca haberle afectado mucho, de hecho, incluso parece disfrutar de su nueva rutina.
Llegar media hora antes, sentarse en un banco, sacar el termo de café junto con la fiambrera que usa para llevar su sándwich de desayuno y la comida, acomodarse en el banco, tomarse unos segundos para despejarse después del tedioso viaje en transporte público, y empezar a comer mientras observa distraídamente a la gente que hace deporte a esa hora por el parque, o leyendo un libro.
Lleva una semana trayéndose un libro. Ha de estar muy preocupada porque no avanzan las páginas, tiene que leerlas una y otra vez antes de seguir adelante con la trama.
Completamente seguro de que Juliet no ha reparado en él, Ben se mantiene descaradamente cerca de ella, esta vez sentado al otro extremo del banco donde ella está supuestamente disfrutando de su libro.
Él ha traído un periódico. Ha esperado un tiempo prudencial antes de aparecer caminando distraídamente y sentarse en un banco, aparentemente al azar.
Juliet se ha hecho a un lado para dejarle sitio, pero ni siquiera le ha mirado a la cara, concentrada en todo momento en su predilecto "Carrie", de Stephen King. Si no fuera porque ha leído el libro tantas veces que se sabe la historia de memoria, hace tiempo que habría perdido el hilo de la trama.
Lleva un perfume muy elegante y sofisticado, con unas notas cítricas que le aportan un aire fresco al aroma.
Alguien de gustos tan refinados ha de ser, a la fuerza, una persona muy culta y que disfruta de los placeres más elevados de la vida.
Allí no tendrá mucha oportunidad de disfrutar de este tipo de cosas, pero tratará de de que se sienta lo mejor posible.
Al igual que la peluquería. Esa permanente que la hace lucir tan joven y angelical, desaparecerá rápidamente cuando la humedad de la isla haga su aparición.
Seguro que también está preciosa con el pelo suelto.
Se fija en la ropa. Unos pantalones de tiro alto ceñidos a la altura de las caderas, una camisa un poco más ajustada al busto de lo debido, una elegante gabardina color negro, y su hermosa cascada de rizos dorados cayendo despreocupadamente por los hombros de la doctora... Toda una belleza.
- ¡Juliet! ¡Por fin te encuentro!
Ambos levantan la mirada de forma inconsciente en dirección a la voz, que pertenece a Ed Burke, el adúltero frustrado que está casado con esta diosa.
- Anoche no viniste a casa
- No pude
- Estuve esperándote hasta muy tarde
- Tengo que estar con mi hermana. Viviré con ella hasta que se solucione todo.
Juliet mira su reloj de pulsera y cierra el libro. Es hora de entrar a trabajar.
- ¿Todo? ¿Te refieres a nosotros? Te juro que eso no fue nada, una tontería sin importancia.
Una vez guardadas todas sus cosas, Juliet se pone en pie justo enfrente de su marido.
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VENGEANCE
FanfictionJuliet va a tomar venganza contra los asesinos de su hermana y su sobrino, pero para conseguirlo tendrá que formar equipo con más aliados que no siempre estarán dispuestos a ayudarle....