Escógeme ; Evarlie fanfic
Dónde Evan y Charlie se conocen por segunda vez...
... o dónde Evan es pésimo coqueteando pero a Charlie le gusta por alguna razón.
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meet again.
Nunca se habían llevado demasiado bien.
Se conocían por sus padres, eso sí; pero Charlie alardeaba constantemente de su padre, Henry Emily, lo que le recordaba a Evan el padre de mierda que tenía.
De todos modos, ellos tenían una visión clara sobre el otro: Charlotte una era pesada y Evan un llorón.
Pero algo había pasado entre sus padres, y bueno, ellos se dejaron de hablar. Pasaron de ser conocidos a desconocidos en apenas una semana. Eran muy pequeños cuando eso sucedió, pues no tendrían mucho más de cinco años. Y, con el paso del tiempo, los recuerdos de aquella niña castaña de ojos verdes habían desaparecido en la cabeza de Evan. Asimismo, Charlie también había olvidado al pecoso castaño de rulos y ojos azules.
Pero como si hubiera sido obra del destino, en menos de una hora se iba a volver a conocer, y ninguno de los dos lo sabía.
Pues, ser los hijos de los dos gerentes de la cadena de pizzerías más famosa de Hurricane tenía muchos pros.
Estar por la mañana vigilando que los niños no hicieran estupideces, como desmontar a Mangle de nuevo, colgarse de las cortinas de la Pirate Cove e intentar meterse en la caja de Puppet no era uno de ellos.
Desde luego, no para Evan.
El pecoso suspiró mientras apoyaba su peso en la barra de la esquina de premios, Michael lo miró curioso mientras en sus manos sostenía un peluche maltrecho de Foxy. —¿Qué tienes?— preguntó, dejando el peluche del zorro pirata. — Aburrimiento.
Su hermano soltó una risita.
— ¿Y Cassidy?— volvió a preguntar. Evan dejó de apoyar la espalda en el mostrador para, en su lugar, darse la vuelta y apoyarse con los codos, mirando a todos los lados, como inspeccionando el lugar. Pero se lo conocía como su propia casa, tal vez más, a unos metros a la izquierda estaba la caja de Puppet con niños revoloteando a su alrededor, si pasaba a la habitación contigua de la derecha encontraría la sala de fiesta con la Kids Cove, probablemente con niños traviesos tratando de desarmar al pobre de Mangle.
Se sentía reconfortante, en cierto modo. Tenía vagos recuerdos de una pizzería anterior, de un animatronico de oso amarillo y un conejo del mismo color.
