Espanto

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[ sonó divertido en mi cabeza ]

Se podía ver a Tenma y Yato sentados mientras a su alrededor calavera les pasaba

Un huevo por toda la cabeza y el cuerpo además de tirarles encima

Una cubeta de agua tibia con hierbas para quitarles un susto

Que les provocó un perro pequeño Un techichi el cuál le ladro a ellos dos

—Enserio los espanto Un techichi no puedo creerlo—
Comenta Calavera terminando la limpia riendose de ellos

—Ya no te burles aparte no sólo fue también nos persiguió una bola de fuego gigante—
Comenta Tenma mientras mira a calavera la cual se quedó helada

—Oh mierda—
Comenta Calavera tomando unas semillas de un cuenco para pasárselas por todo el cuerpo A tenma y después a Yato

—Para que fue eso—
Comenta Yato sin entender nada

—para evitar que las brujas no se los lleven—
Comenta Calavera terminando de explicar hasta que por la ventana se asoma un guajolote gigante negro

Huesada tráeme mi macahuitl hay una bruja—
Grita calavera y huesuda salé con el macahuitl y un montón de perros Un techichi

—Kardia llévate los lejos—
Comenta Calavera y el santo de Escorpio carga a Tenma y Yato para salir corriendo a gran velocidad de la casa de calavera

—Si algo les pasa juro que no me lo perdonaré—
Grita Kardia mientras sale corriendo detrás de ellos viene una bola de fuego pero es detenida por huesada

—nunca más vuelvo a venir a este lugar—
Grita Kardia mientras continua corriendo

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Un techichi

El antecesor más probable del Chihuahua es el tlachichi o techichi, un perro domesticado en Mesoamérica con piernas cortas que era común en el México prehispánico. El tlachichi significa "perro de tierra" o "perro de piso".
El Chihuahua es una de las razas de perros más antiguas y se cree que tiene sus raíces en los perros pequeños criados por las culturas precolombinas en la región que ahora es México. Los indios toltecas de América Central fueron los primeros en domesticar al Chihuahua, y los aztecas lo veneraron como una divinidad.
Los expertos defienden que el Chihuahua es el resultado de un cruce entre las diversas razas que existían en el México antiguo. Esta teoría se basa en la gran semejanza física entre el Chihuahua y el techichi, que se ha observado en las osamentas y tallas encontradas en los lugares precolombinos de México, como las pirámides de Cholula y las ruinas de Chichén Itzá, de Yucatán.



El macuahuitl (del náhuatl: makkwawitl ‘macana’) (AFI: [maːhˈkʷawit͡ɬ], plural: makkwawimeh)[2] era un arma semejante a una maza, hecha de madera con filos incrustados de obsidiana, un cristal volcánico, a cada uno de sus lados.

Tiene muchas representaciones gráficas en diversos códices, pero solo un ejemplar sobrevivió a la Conquista de México, el cual formó parte de la Real Armería de Madrid hasta que fue destruido por un incendio en 1884. Solamente sobrevive su diseño original a partir de diversos catálogos de objetos, entre ellos el creado por el medievalista Achille Jubinal en el siglo XIX.

El macuahuitl era lo suficientemente afilado para decapitar a un hombre, de acuerdo con un relato de Bernal Díaz del Castillo, uno de los conquistadores de Hernán Cortés, e incluso podía decapitar a un caballo, tal como da fe el siguiente testimonio español:

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