Me giré y ahuequé su rostro en mi mano.
"Lo sé, nena... lo sé... por favor... te lo prometo, te dejaré follarme todo el tiempo que quieras esta noche... espera un poco más... hasta que salgamos de casa". Lo besé deslizando mi lengua en su boca.
Me cogía de la mano mientras me llevaba al garaje. Me abrió la puerta del coche y me ayudó a subir. Cuando levanté el pie para entrar, sentí que la falda se me subía por las caderas. No la detuve, la dejé subir... por las caderas y me dejó el culo al descubierto. Me sentí tan sexy... tan desinhibida, dándole a mi hijo una bonita vista de mi culo.
"Mamá, no te muevas, solo sostenlo así por ahora"
No entendí por qué, pero pronto lo descubrí. Clic, clic, clic, la cámara estaba en sus manos y me estaba tomando fotos con el trasero al descubierto. Oh, Dios, ¿es que nunca se detiene?
"Tommy, por favor... No puedo permitir que me tomes fotos así... Es demasiado peligroso, cariño... ¿Qué pasa si olvidas borrarlas... y luego... alguien las ve?"
Oh, Dios, solo pensarlo hizo que mi coño se humedeciera, lo que me sorprendió de nuevo... ¿Por qué querría que alguien me mirara así? No era solo una zorra de la calle... ¡Chass, chass!, fue la única respuesta. Una vez más, mi hijo estaba fascinado por mi cuerpo y no lo culpé. Se sentía bien ser deseada, ser admirada, justo ahí, yo... no unas jóvenes... menores de edad en la pantalla de la computadora. Me incliné un poco para que pudiera ver mejor.
"Oh, Dios mío, mamá... ¿por qué no quitas esa tanga del camino para que pueda tomar algunas fotos reales?"
"¿Fotos reales? Fotos reales de qué bebé", gemí mirando a mi hijo y enganché mi dedo en la tanga que bajaba por mi trasero sabiendo lo peligroso que era hacer eso aquí mismo en nuestro garaje con Kristy arriba.
"Tu coño, mamá... fotos reales de tu coño... vamos, muéstralo..."
"Uhhhhhh... hijo travieso... quieres ver el coño de tu madre"
Estaba jugando con él, provocándolo. Levanté la tanga y la coloqué sobre una de mis nalgas, sacándola claramente de la hendidura del culo para mostrarle mi ano, pero manteniendo mi coño cubierto. Clic, clic, clic. Estaba tomando más fotografías mías. Aunque me excitaba más allá de lo creíble, era una cosa de la que tenía muchas dudas... era una cosa que pensaba que podría ser demasiado peligrosa de hacer... dejar que mi hijo me tomara fotografías.
"¿Por qué no guardas esa cámara y te muestro mi coño?"
Dudó por un momento, pero tan pronto como me levanté las bragas y le di un vistazo rápido a mi coño húmedo y atrevido, dejó su cámara en el banco de trabajo cercano. Oh, Dios, estábamos en el garaje haciendo esto, escuché cualquier señal de Kristy en la cocina y luego levanté mis bragas de tanga a un lado, exponiéndome completamente para mi hijo. Sabía que estaba mojada allí abajo... sabía que podía ver la humedad, así que arqueé la espalda y saqué mi trasero completamente para el placer visual de mi hijo.
"¿Eso es lo que querías ver, nene? ¿Así es como quieres que sea tu madre?" Gemí mirando a mi hijo desde detrás de mi trasero abierto.
Estaba mirando directamente a mi trasero... directamente a mi coño, incapaz de hablar. Vi un bulto enorme en sus pantalones e instintivamente me lamí los labios deseando poder envolver mi boca alrededor de su eje. Abrí mis piernas un poco más permitiendo que mis labios vaginales se abrieran, la sensación recorrió escalofríos por mi columna mientras lo hacían. Me agarré del asiento del auto con ambas manos y bajé la cabeza disfrutando el momento. No sabía qué iba a hacer mi hijo, no me importaba, podría haberme follado allí mismo, pero no lo hizo... ni siquiera me tocó, lo que me sorprendió. Escuché un ruido constante de caricias y supe que tenía su polla afuera y la estaba bombeando. Me estiré detrás de mí y abrí mis labios vaginales deslizando mi dedo entre ellos hacia arriba y hacia abajo, luego inserté lentamente el dedo en mi agujero y comencé a follarme con él.
