Capitulo II

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Me giré en redondo al escuchar esa voz.

Era el imbécil con el que había chocado en los pasillos de la universidad.

- ¿Qué quieres? - Pregunté con cierto fastidio en mi voz.

- Vine aquí a por algo de beber, te ví y quise saludar. - Me dijo con esa estúpida sonrisa que parecía no borrarse de sus labios.

Reí irónicamente tratando de no ser grosera, aunque no merecía que fuera educada con él.

- ¿Enserio? ¿Después de como me hablaste te dignas a saludar? - Lo miré con desprecio mientras el borraba su estúpida sonrisa.

- Bueno, nunca es tarde para una disculpa, ¿No? -

- Tal vez, pero eso no cambiará la primera impresión que me llevé de ti. -

- Tal vez no, pero podríamos crear otra. - Sugirió con una sonrisa que me hizo creer que sus palabras no eran del tanto sinceras.

Dudé un momento cuando ví que me tendía una mano, pero al final terminé aceptándola.

- Me llamo James, ¿Y tú, niña? -

No pude evitar poner los ojos en blancos ante ese apodo ridículo.

- Soy Katty, pero para ti Katherine. - Dije retirando mi mano de el cálido contacto de la suya.

- Katherine... Interesante. -

- ¿Algo más? - Le dije repasandolo un momento con la mirada, iba con unos vaqueros negros, una camiseta que se pegaba a su pecho resaltando sus músculos perfectamente definidos y zapatos... La verdad estaba muy concentrada mirando otra cosa como para fijarme en sus zapatos.

- ¿Bonita vista, ehh? - Me dijo con una gran sonrisa que juro que si hubiese sido posible me hubiera derretido ahí mismo.

¿Por qué tenía que ser tan jodidamente perfecto?

- ¿Vista? - Murmuré sin poder despegar todavía mi mirada de su pecho.

- Parece que me desnudas con la mirada, niña. - Dijo riendo aún más el muy estúpido.

Por fin despegué mi mirada de sus perfectos músculos y la dirigí a sus preciosos ojos.

- ¿Yo? ¿Desnudarte? ¿A ti? - No pude evitar poner una mueca al oir lo rápido que me salieron las palabras y lo nerviosa que me escuché.

- Sí, niña. -

- Imbécil. - Lo miré con irritación ya que se reía de mi nerviosismo.

- Mira que nunca me ha gustado que me insulten, pero viniendo de esa boquita tan preciosa si que me dejo. - Me miró con una sonrisa.

Fue inevitable no ponerme nerviosa.

¿Acababa de decirme eso? ¿El mismo imbécil que me había tratado mal esta mañana?

Tenía que estar soñando.

- Ya quisieras que esta boquita te hiciera otras cosas más interesantes que insultarte. -

Por fin pude ver cómo su sonrisa se desvanecía y tragaba saliva.

- Bueno, me tengo que ir. Un gusto conocerte, Katherine. -

- Igual. - Dije un poco confundida por su repentino cambio de actitud.

Lo ví marcharse sin poder evitar bajar la mirada a su culo, ¿Cómo podía un hombre tener un culo tan perfecto?

Me giré hacia la rubia que todavía estaba a mi lado, pero ahora con la boca abierta y soltó un chillido que escuché perfectamente a pesar de la música.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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