La última solución que le quedaba a Bill Trümper cada fin de semana era bailar, un método de antiestrés que utilizaba para calmar su frustración. No entendía por qué, siendo tan hermoso y el más capacitado de la marca Celine, no le daban trabajos. Bueno, sí sabía la causa, pero trataba de no pensar mucho en ello porque no iba a caer en esa jugada. "¿Acaso no tendría méritos propios?" Esa duda lo llevaba a frecuentar ese bar cada fin de semana.
-Voy al baño- dijo su amigo Georg Listing, quien siempre lo acompañaba a sus salidas nocturnas para, según él, cuidarlo. Pero siempre terminaba en la cama de un extraño, dejando al rubio solo. Pero a Bill no le importaba; sabía cuidarse bien de los hombres abusivos y cretinos, que era la raíz de su problema.
-Date prisa y no te vayas a ir sin decírmelo- dijo el rubio.
-De acuerdo- contestó Geo, mientras Bill lo veía perderse entre la multitud que a esa hora se encontraba en ese bar exclusivo de la zona dorada de Berlín. Al igual que él, muchos iban a buscar distracción o placer.
Bill bebió su trago y se levantó a bailar. La música realmente era buena y divertida. Con pasos torpes por el alcohol, se situó en todo el centro y comenzó a mover sus caderas, tocando su cuerpo con sus manos. Sintió la mirada penetrante en su cuerpo y buscó entre las personas que se encontraban cerca al dueño de esa mirada que hacía que su cuerpo se erizara de tal manera que no lo podía evitar.
Buscó y buscó, hallándola en la zona VIP del segundo piso. Lo primero que notó fue su sonrisa y la forma en que sus ojos se hacían pequeñitos, lo que le causó ternura. Luego recordó que no estaba solo y que había más personas bailando junto a él. Miró a su izquierda y había unas chicas bailando y mirando en dirección a la zona VIP. Entonces se sintió estúpido porque un hombre como ése se fijaría en él; aparte, se veía muy masculino para que le gustaran los hombres.
-Dios, qué hombre tan bello- escuchó decir a las chicas, y las vio subir a la zona VIP. Respiró profundo y siguió bailando, pero por alguna razón miraba hacia allá.
-Me he enamorado- dijo Geo cuando estuvo cerca.
-¿De quién?- preguntó Bill.
-Es un hombre irresistiblemente hermoso- comentó Geo, encantado, mientras Bill miraba de nuevo al segundo piso y veía que ya no estaba. Seguro se fue con esas chicas. Sonrió con nostalgia.
-Mira, viene hacia acá. Ay, Dios- su amigo estaba exasperado.
-Tranquilo- dijo el rubio.
Bill continuó bailando, distraído, hasta que el hombre atractivo que se acercaba, según Geo, lo tomó de la cintura para bailar con él. Bill miró a Geo con expresión de asombro y molestia, y se apartó un poco para girar y enfrentar al hombre guapo de la zona VIP.
-Hola -dijo el hombre sonriendo, que de cerca era aún más atractivo.
-Hola -respondió Bill.
-Hola, soy Geo, y tú -intervino su amigo tendiendo su mano.
-Tom, y tú -respondió el hombre.
-Bill- contestó a secas.
-Les invito un trago -ofreció el hombre, mirando a Bill mientras bebía su cerveza.
-No, tranquilo -se excusó Bill.
-Vamos al VIP -dijo Geo emocionado.
-Ya vámonos, estás ebrio -pidió Bill a su amigo.
-No te vayas, no se vayan, vamos al VIP -insistió el hombre.
-¡si!- dijo Geo emocionado adelantando al resto.
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𝑺𝒆𝒎𝒑𝒊𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐: մղ թɾíղcíթíօ síղ բíղαl.
Romance𝙲𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚜𝚞𝚜 𝚟𝚒𝚍𝚊𝚜 𝚜𝚎 𝚌𝚛𝚞𝚌𝚎𝚗, 𝙱𝚒𝚕𝚕 𝚃𝚛𝚞̈𝚖𝚙𝚎𝚛 𝚢 𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣 𝚝𝚎𝚗𝚍𝚛𝚊́𝚗 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚕𝚎𝚐𝚒𝚛 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚜𝚞 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚖𝚘𝚗𝚘́𝚝𝚘𝚗𝚊 𝚢 𝚎𝚕 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚖𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚟𝚊 𝚌𝚛𝚎𝚌𝚒𝚎𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚗 𝚜�...