Google, ¿Cómo enamorar a Choi San?

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WooYoung mentiría si dijera que no estaba decepcionado sobre cómo se habían desarrollado las cosas después de haber besado a San en su fiesta hace casi un mes. Mentiría si dijera que no se había sentido realmente triste y hasta avergonzado de que la única respuesta que obtuvo de parte del mayor haya sido un “terminemos de limpiar y vamos a dormir”. Claramente cada uno se fue a su habitación y hasta la fecha ninguno de los dos se había animado a decir algo al respecto. San seguía siendo el mismo chico dulce con él, mimandolo, dandole besos en sus mejillas, jugueteando con su cabello y abrazándolo cada vez que tenía oportunidad. Pobre Luna, ya debía estar hastiada de tantas cartas que WooYoung le escribía frustrado porque el tonto de San solo lo confundía y no era claro con sus intenciones.

Y es que vamos, ¿Cómo no quería que WooYoung estuviera confundido si él estaba seguro de que San había correspondido su beso? Y no solo eso sino que también pudo sentir como lo había apretujado entre sus manos cuando sucedió. El solo recuerdo le hacía sonrojarse y suspirar, justo como en ese momento.

—Tonto San. —Se quejó con su entrecejo fruncido y mejillas levemente coloreadas de carmín, tomando una nugget de pollo (cortesía de YunHo) para comerla con molestia, sentado sobre la cama de Mingi.

—¿Por qué no solo le dices directamente? —Preguntó Mingi. Y es que eso era una cosa ahora. Desde que WooYoung y Mingi comenzaron a frecuentar después de conocerse se habían vuelto inseparables, hacían pijamadas en casa de YunHo, salían a comer juntos y se aconsejaban todo el tiempo. Mingi le contaría todos sus secretos a WooYoung y WooYoung haría lo mismo, aunque este último no tuviera muchos en realidad. Claramente el más alto fue el primero en saber sobre la situación con San y aunque prometió no decirle nada a nadie, su novio había terminado sabiendo también y por ende, siendo parte del revoltijo de emociones dentro de la cabecita del pelinegro.

A decir verdad, WooYoung estaba bastante feliz de que YunHo supiera sobre su enamoramiento con San porque daba muy buenos consejos… Que todavía no sabía cómo aplicarlos en su día a día pero ese no era el punto ahora. Sabía escuchar, sabía qué decir y cómo decirlo, podía entender a la perfección al pelinegro y se había convertido en un lugar seguro, alguien que le daba confort y cariño cuando sentía que se estaba agobiando demasiado. YunHo era un Sol a sus ojos.

WooYoung hizo un leve puchero porque aún cuando trataba de buscar una buena excusa para la pregunta de Mingi no pudo encontrar nada lo suficientemente bueno que avalara su respuesta, por lo que solamente gruñó y respondió: —No debería de ser así… —Lloriqueó. Esto no pasaba en las telenovelas. —¡Ya lo besé! Eso debería de ser suficiente. —Se desplomó sobre la cama con un llanto dramático. Nunca pensó que las emociones fueran a ser tan complicadas y mucho menos por culpa de San, quien desde que lo conoció le había prometido el mundo entero. Recordaba todas las palabras y promesas de amor que día a día San le daba, junto con sus mimos y caricias que le hacían (hasta el día de hoy) tan feliz. Entonces… ¿Por qué no quería aceptar su amor ahora?

WooYoung comenzaba a creer que Felix, uno de sus nuevos amigos tenía razón. Tal vez la incertidumbre que San mantenía entre los dos era una manera muy sutil de rechazarlo. Tal vez San quería a WooYoung pero no de la manera en la que el pelinegro pensaba y como no quería hacerle daño rechazándolo directamente entonces simplemente actuaba como si nada hubiese pasado, aunque para ser honestos, eso le dolía más en su corazoncito.

—Bueno, si te hace sentir mejor San siempre ha sido medio tonto. —Intervino YunHo recostado en la cama con su codo sobre el colchón y su cabeza sobre la palma de su mano, quien ahora era (de manera obligatoria) parte de las pijamadas desde que la última vez que los dos menores se quedaron solos se electrocutaron por culpa de un tenedor. A San casi le da un infarto esa noche. Pero volviendo al tema, YunHo recordaba vívidamente todos y cada uno de los intentos de chicas hermosas en coquetear con el castaño y este, sin darse cuenta, las rechazaba. Como una vez en un bar que una de ellas se acercó preguntándole si así de bien como bailaba podía hacer “otras cosas” a lo que San, con una sonrisa tímida respondió que el pay de limón le quedaba de maravilla. La pobre chica se fue decepcionada. Y honestamente YunHo le adjudicaba su torpeza a su orientación sexual… Pero al parecer era igual de idiota con los hombres entonces ya no podía defender a su amigo. —Dudo mucho que conecte los puntos si no se lo dices directamente.

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