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Gun, manteniéndose a unos metros de su "protegido" parecía una estatua, observando atentamente cada uno de los movimientos del luchador, bajo sus oscuras gafas.
Tenía talento, eso debía admitirlo, al menos mentalmente, aunque sería aún mejor si él lo entrenase, pero antes entrenaría a Samuel que a Jaekyung y eso ya era mucho pensar.
El Joo lanzaba ganchos y jabs con una precisión y ferocidad impresionante, teniendo la gracia de un felino en la forma en la que se movía alrededor del saco.
Apuesto que se está imaginando que golpea mi rostro. Era bastante obvio por la forma en la que terminó la presentación de ayer, al menos con los demás miembros no fue tan difícil hablar, aunque fuese para decir sus nombres nada más.
—¿Te pagan por protegerme o por acosarme? – estaba arto de la penetrante mirada de su guardaespaldas, lo distraía.
—Por ahora, protegerte – respondió, haciendo que el contrario elevara una de sus cejas ante lo primero que dijo – En la agencia de empleo Tigre Blanco se hace lo que sea, mientras se pague el precio justo.
—¿Y lo dices tan casual? No tienes orgullo – intentó provocarlo, aprovechando la ausencia de su manager – Y ¿qué haces con gafas de sol? ¿al tipo rudo le molesta la luz artificial?
Sin pensarlo ni inmutarse, se quitó sus características gafas oscuras, trayendo un silencio sepulcral en el lugar. Ante la vista de todos, aparecieron un par de ojos similar a un abismo obscuro, con unas pequeñas pupilas blancas, y la cicatriz que Goo le había dejado alrededor del área de sus cuencas.
¿De donde sacaron a ese guardaespaldas? Pensaron unánimemente todos los miembros del gimnasio, sin poder mover ni un músculo ante la intimidante imagen del Park.
Ni siquiera Jaekyung pudo disimular su asombro, causando una sonrisa burlesca por parte de Gun, quien guardó sus lentes en el bolsillo de su pantalón, antes de volver a su posición, disfrutando del efecto que causó en todos.
—Una foto te duraría más – lo sacó de su shock – Puedo posar si me pagas lo suficiente.
—Mald-
—¡Volvimos! – reconociendo la voz de su manager, Jaekyung retomó rápidamente su entrenamiento, amenazando a los demás con una mirada, para evitar que dijesen algo sobre su interacción con el guardaespaldas – ¡Gun! ¿te quedas esta noche? Saldremos a celebrar tu unión al Team Black.
Ay no... no le gustaba beber y eso era exactamente que le harían hacer, lo presentía, pero todos ahora lo miraban con ojos esperanzadores, rogándole que aceptara.
—Está bien – dijo finalmente, soltando un suspiro cansado, comenzando a mentalizarse para lo que lo esperaba.
—¡Perfecto! – le golpeó amistosamente la espalda – Y descuida, eres la estrella de esta noche, así que no deberás preocuparte por nada más que disfrutar.
