PRELUDIO

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Italia , Sicilia 2024

(Desconocido)

—¡Megan! — conté con poco tiempo antes de recibir esa mirada llena de odio , desprecio y burla por su parte , helándome .—No lo hagas .

—¿Por qué debería obedecerte ?

Mantuve mis ojos fijos en los suyos ; temiendo en todo momento de su tranquilidad al ver tanta sangre . Una sonrisa tan perversa  como juguetona apareciendo en sus finos labios , mismos que se encontraban rojos por la paleta de fresa que había estado chupando hacía unos segundos y que ahora se encontraba en su diestra .

—No tienes porque hacerlo , soy tu padre . No seas malagradecida .—mordí el interior de mis mejillas arrastrándome hacia detrás en el suelo , justo cuando ella dió un paso en mi dirección , cargada de seguridad . —Yo te amo , pequeña . Olvida el pasado .

Noté cómo su sonrisa de diversión crecía cada vez más sin articular palabra alguna . Ese silencio volviéndose cada vez más escandaloso y yo al borde del colapso , temiendo por mi vida . En una de sus manos relucía ese envase plateado que conocía a la perfección y que usé tantas veces con ella . —¿De veras papi?—su mandíbula se tensó y su expresión cambió de repente a una triste . Confundiéndome . —Yo también te amaba .

—¿Entonces que esperas bebé ? Suéltame .

—Si , lo haré .

Ella caminó en mi dirección metiendo nuevamente aquella paleta  en su boca , una lágrima escapando de sus ya hinchados ojos al mirarme . Sentí su helado tacto sobre mi y me tensé , mas no dije nada .

Silencio .

Lo estaba consiguiendo . La manipulaba a mi antojo . Estúpida , la botella a un lado sería mi escapatoria tras romperla en su cabeza y una vez la tenga en mis manos...

—Bien pequeña . Lo estás haciendo bien . Suelta a papá .

No podía ver su figura detrás de mi , pero sentía cómo acomodaba las sogas que me ataban . Me había volteado y ahora mi rostro se encontraba contra el suelo junto a mis hombros y parte de mi torso . Era extraño pero necesario para ser liberado . Había atado mis muñecas a mis pies y...

—¿Qué haces? ¡Suéltame!— Exasperé moviéndome cuando apretó más fuerte el amarre .

—Dije que te soltaría , papá.—rió con burla y entonces pude sentirlo . El filo de una navaja rasgando mi ropa  y abriendo mi piel ante el roce .

—Pero no dije cuando . Solo respira hondo y pasará , papi .

Sus palabras , sus malditas palabras me hicieron viajar al pasado , tantas veces ; mis órdenes , sus gritos . ¡No, no! .

—¡Maldita huérfana de mierda!

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