Las vacaciones de medio año había llegado. Como un buen plan de fin de semana decidieron ir a la playa. Todos irían en la caravana de los Miller.
Tocaron la puerta de la casa de Juliét.
—Abrió la mamá de Juliét —Ólive, pasa. Juliét está en su cuarto —bostezó—sube a despertarla. Yo no tengo valor de subir las escaleras. Hace poco llegué de mi viaje —se dirigió a su sillón en la sala.
Subió las escaleras un poco nerviosa. Por primera vez vería el cuarto de Juliét. Se dirigió a esa puerta que tenía girasoles pintadas. Movió timidamente la manija y abrió sin hacer ruido. Ahí la vio placidamente dormida en una posición que parecía sacada de un excorsismo. Sus sabanas estaban a punto de caerse de su cama. Su cuarto era hermoso. Tenía tantos peluches tejidos, cuadros pintados de Van Goh y partituras por montones. Estaba mirando todo cuidadosamente cuando...
—¿Ólive?
—Volteó imediantamente—Juliét...lo siento. Tu mamá me mandó a despertarte.
—Me quedé dormida otra vez. ¡Maldición! —se levantó rápidamente —me voy a cambiar rápido.
Sacó su ropa y se metió al baño. Ólive la esperó mientras seguía observando detalladamente su cuarto.
—¿Ólive?
—¿Sí?
—¿Me puedes ayudar con esto?
Su vestido corset necesitaba ajustarse.
—Claro —dijo nerviosa.
Podía ver su hermosa espalda y su cuello descubierto. Su piel morena parecía tan suave. Era una tortura para ella ver y no poder...
—Ya está.
—Gracias. Ya estoy lista —agarró su bolsa.
—Yo lo llevo.
Bajaron juntas por las escaleras sin hacer más ruido porque doña Nelly estaba durmiendo.
Los esperaban afuera.
—¡Al fin! Que tanto hacían he —molestaba Óliver.
—Mejor dicho que no hacían —dijo Hade.
—Me quedé dormida. Eso es todo.
—Ya sabía que te ibas a dormir. Por eso mejor vine hasta aquí —dijo Sofía.
—Tu apodo va a ser la bella durmiente. Solo durmiendo te la pasas —dijo Alaska.
—Tu ven para acá —Hade le jaló de la mano para llevarla a su asiento.
Óliver y Vincent se sentaron juntos mientras escuchaban música compartiendo auriculares. Alaska y Hade se sentaron junto a la ventana. Sofía como no quería ser mal tercio consiguió un asiento cómodo para ella sola mientras leía un libro tranquilamente. Juliét se moría de sueño y se hechó sobre el hombro de Ólive. Tomó su mano y entrelazaron sus dedos. Ólive podía sentir los latidos de su corazón, así como escuchar su respiración, oler su perfume y sobresentir el rose entre sus dedos. Era una cercanía muy peligrosa porque su cuerpo le pediría cada vez más y más.
Después de tres horas llegaron a la casa de los Miller frente a la playa.
—Juliét. Juliét —le hincaba el cachete.
—¿Ya llegamos? —entreabrió los ojos.
—Sí. Ya todos bajaron hace rato.
—Era que me despiertes. No me iba a enojar —se levantó.
Bajaron de la caravana. Los demás ya estaban en traje de baño.
—Apresúrense. Nosotros ya nos adelantamos a la playa —dijo Vincent.
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ÁMAME, JULIÉT
Teen FictionÓlive es una adolesecente de 17 años quien tine un hermano gay que a lo menos ha salido de closet con su familia y amigos. Ella solo ha salido de closet con él y el novio de este, el resto no sabe nada. Según ella disimula muy bien su gusto *obesesi...