Capítulo 10.

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Jake terminó de limpiar el mostrador después de que uno de sus clientes hubiera tirado parte de su café en el lugar

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Jake terminó de limpiar el mostrador después de que uno de sus clientes hubiera tirado parte de su café en el lugar. Pasó el dorso de su mano sobre su frente y levantó la mirada, observando como Sunghoon se acercaba con algunos platos sucios y tazas sobre la bandeja.

— ¿Todo en orden? — El castaño sintió ironía al escuchar al pelinegro preguntarle ello, debería de haber sido al revés, ¿por qué Sunghoon parecía llevarlo tan bien, si ni siquiera era su trabajo real?

— Perfecto. — Sonrió, a pesar de que sentía sus extremidades entumecidas.

Todo el día habían tenido demasiado trabajo, siendo un día que normalmente era calmado, ahora parecía acumularse los clientes de toda una semana. Los estantes estaban casi vacíos a excepción de unos cuantos postres, las mesas no habían estado vacías desde que la cafetería abrió y, a pesar de que la hora de cierre se estaba acercando, aún la cafetería se veía abarrotada. Sentía que llegaría a casa y no volvería a despertar, necesitaba un descanso largo para reponerse de aquel día que aún no terminaba para su mala suerte. 

— ¿Por qué no descansas? Puedo terminar esta última hora por mi cuenta.— Dejó la bandeja sobre el mostrador, recargando los brazos sobre la barra.

La mente del omega explotó en cuanto observó como los brazos se flexionaron, pegándose contra la camisa blanca arremangada hasta los codos, asentándole desde los hombros hasta perderse en la parte inferior que no podía observar debido al mostrador que los separaba. Se sintió aborchonado por un momento ante la cercanía en la que estaban, teniendo que abanicar su rostro y desviar sus pensamientos, ¿Acaso aún estaba en su temporada de calor? Porque sentía una calidez arremolinándose a la altura de su pecho hasta descender por su vientre bajo.

— Puedo una hora más. — Comentó, desviando su mirada hasta la entrada del local.

El alfa asintió, cambiando su postura a recargar su cadera contra la barra y cruzarse de brazos, como si eso no alterara aún más al omega. Jake decidió que era momento de pasar por las mesas para saber si algo más se les ofrecía, teniendo que mantener la distancia en ambos o no sabría lo que podría suceder. Sunghoon observó divertido como se alejaba sin decirle nada, encantado por la reacción que había provocado en el contrario.

El pelinegro descubrió su talento innato en atender a las personas, aunque no tenía que hacer mucho porque las personas parecían estar encantados con su mera presencia. Consideró irónico la situación cuando días anteriores todos parecían temerle y resentir su aroma con pesar, alejándolos de manera instantánea; pero justo ahora, desprendiendo un agradable aroma a chocolate amargo, sabiendo que su lobo estaba contento por ayudar a su omega, así que eran agradables las feromonas que lo envolvían.

Su estado de ánimo se resumía en estar complaciendo al omega, tratando que tuviera el mínimo trabajo posible en el día. Lo observó caminar entre las mesas para ofrecer una sonrisa y asegurarse que todo estuviera bien con los clientes que restaban; podía sentir el cansancio y la tensión sobre sus hombros, pero aún así estaba dando lo mejor en el trabajo. En cierta parte se sentía admirado por Jake, no podía imaginar lo que estuvo pasando tiempo atrás en atender todo el local por su cuenta, ¿cómo es que había podido hacerlo todo solo? No imaginaba poder tener todo controlado en su empresa sin ayuda de su asistente y secretario, de sus amigos que estaban en la junta directiva y lo guiaban paso a paso, no se podía imaginar el día que tuviera que estar manejando todo por su cuenta.

𓏲 ๋࣭   ࣪˖ 𝐂𝐨𝐟𝐟𝐞𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora