15

136 24 6
                                    

===================================

El día había llegado después de bastantes intentos fallidos y disputas consigo misma. Se había armado de valor para visitar a su hijo.

¿Tenía una idea clara de qué hacer cuando lo viera?

No.

Pero lo había consultado con Maximus hace unos días; él le dijo que le tuviera paciencia a Spreen y que, sobre todas las cosas, no gritara y mucho menos lo golpeara. Él era de las pocas personas que sabían la verdad sobre lo que pasaba en su casa, además de ser la persona en quien más confiaba de la isla.

Bueno, era momento de llevar a cabo su plan.

.

Spreen sabía que Cucurucho no era alguien normal desde el primer día que lo conoció; era algo obvio, pero ahora lo está confirmando cada vez más.

Aún así, no esperaba que, de entre todas las cosas, este llegara a su casa y le dijera:

"¿Hacemos un pastel?", como si fuese lo más normal del mundo.

¡Se había auto-invitado a su casa!

Lo que menos le importaba era saber cómo consiguió las coordenadas de su casa, ya que en su viaje a la federación logró ver una habitación con cámaras (cosa que sospecha no debió ver).

¿Le pareció raro? Por supuesto.

¿Le diría a Cucurucho que eso era raro? Por supuesto que no; tenía algo de miedo por lo que podía hacerle.

Por el momento, dejaría las cosas como estaban y ayudaría a Cucurucho con su pastel.

O eso creía hasta que escuché unos golpes en la puerta, seguidos de esa voz

Spreen no abriría la puerta por nada del mundo, pero olvidó que había alguien más ahí. 

—¿Qué ocurre, osito? —

—Vegetta está aquí. —

Oh. 

Esto era perfecto para él.

—Spreen, ¿estás ahí? Soy yo, Vegetta.—

Se escuchó detrás de la puerta, a lo que Cucurucho, en un susurro, le dijo a Spreen:

—Osito, está esperando a que abras.—

—No, si yo lo hago, él... él...—

—Vamos, solo déjalo pasar a hablar contigo.—

"Si le temes tanto, haré que le tengas aún más miedo." 

—Yo estaré aquí, subiré para que tengan privacidad y, cuando se vaya, volveré contigo.—
 
"Y seré su lugar seguro."

.

Vegetta estaba en otro conflicto y era porque Spreen no planeaba abrir la puerta.

¿Qué se supone que hará ahora? No había pensado en este escenario a pesar de que era el más realista.

"¿En serio me odia tanto?"

A ojos de Vegetta, él no había sido un mal padre; únicamente lo protegía.

==================================

—Padre, yo puedo explicarlo. Mira, estaba en el lugar, pero yo no hice nada de eso y...—

—¡Cállate!—

—...—

—Te lo he dicho cientos de veces: no permitas que los demás vean tus orejas. ¿Es acaso que eres idiota? ¡¿No puedes hacerme caso una maldita vez?!—

Lo único que se escuchó en el lugar fue una bofetada. 

—No lo vuelvas a hacer. —

—Pero papá...—

—¡CÁLLATE!—

—Perdón, padre.—

==================================

Sí... todo lo hizo para protegerlo.

—¿Sigues ahí?—

—Sí.—

Spreen abrió la puerta y dejó pasar a Vegetta. 
Cuando Vegeta entró, se percató de que habían estado cocinando y que, al parecer, debía haber otra persona. 

—¿Quién estuvo contigo?—

—No te importa, ve al grano.—

Auch

—¿Por qué estás aquí?—

—Quiero hablar contigo.—

—Tienes 10 minutos.—

Para Vegetta, le parecía algo absurdo poner un tiempo límite.

Para Spreen, ese era el tiempo que podía aguantar sin terminar llorando o rompiendo algo, porque a Spreen no le tenía odio, le tenía miedo.

—¿Por qué te fuiste de la casa?—

—¿En verdad quieres que te lo diga?—

—Sí.—

—Me fui porque no podía soportar estar contigo, siempre me trataste mal y me ignorabas, ¡me dejabas solo!—

—¡Jamás hice algo como eso!—

—¿Por qué siempre dices lo mismo? Te daba igual absolutamente todo lo que hacía. Aún tengo marcas de tus malditos golpes. ¿Ahora lo negarás?—

—Spreen, tú sabes que tenía trabajo que hacer.—

—Oh, no sabía que trabajabas en el bar Papá.—
 
—No volvamos con ese tema, no tiene nada que ver con que te fuiste y me dejaste solo, ¡a mí, que soy tu padre!—

—¡Porque sigues insistiendo en que te importe! No te importo, jamás te importaré. Fingías preocupación, pero siempre decías que tu vida sería mejor si yo estuviera muerto.—

—Jamás quise que murieras.—

—Pero querías que mi otro padre estuviera vivo—

La habitación quedó en silencio.

—Ya no solo eran golpes, también me lanzabas magia; descargaste tu frustración conmigo y ahora quieres disculparte como si nada. No me hagas reír.—

—Es mejor que te vayas de una vez.—

—Spreen.—

Que te largues.—

Spreen levantó su espada contra Vegetta, pero Vegetta no se preocupó por eso, sino por sus ojos.

En cuanto Vegetta salió del lugar, Spreen no pudo soportarlo más y se derrumbó delante de la puerta ya cerrada. No podía parar su llanto; ahora mismo solo quería esconderse de todo y de todos.

—Osito, ¿qué fue lo que pasó?—

—Yo... yo no sé qué hacer.—
 
—Tú no tienes que hacer nada; ahora yo estoy aquí, junto a ti.— 

¿Lo peor de esta discusión? Solo habían pasado 7 minutos.



¿Lo peor de esta discusión? Solo habían pasado 7 minutos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¡Hola! Espero que estén bien. De aquí en adelante, las cosas se van a poner más serias, o al menos ese es el plan. Chau.



:]

Amor PaternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora