El mundo siempre había sido un lugar duro para aquellos que no encajaban, especialmente para un chico como Izuku Midoriya. Desde que era un niño pequeño, la fascinación de Izuku por los héroes era evidente. Mientras otros niños jugaban con figuras de acción o veían dibujos animados, Izuku absorbía toda la información sobre los héroes profesionales. Memorizó sus peculiaridades, batallas y estadísticas de héroes, soñando con el día en que pudiera unirse a sus filas.
Pero los sueños tienen una forma cruel de chocar con la realidad.
Cuando tenía cuatro años, la mayoría de los otros niños ya habían manifestado sus peculiaridades. Sus habilidades, por modestas o extraordinarias que fueran, comenzaron a moldear sus identidades. Pero para Izuku, cada día que pasaba sin una peculiaridad era un recordatorio de su propia impotencia. Su madre, Inko Midoriya, se aferró a la esperanza de que la peculiaridad de su hijo eventualmente saliera a la luz, pero la sombría visita al Dr. Tsubasa confirmó lo que ambos temían que Izuku no fuera peculiar.
El recuerdo de ese día quedó grabado en la mente de Izuku. La fría sala clínica, el tono mesurado del médico y la disculpa entre lágrimas de su madre se repitieron en su mente como un disco rayado. "Lo siento, Izuku", dijo con la voz temblorosa. "Lo siento mucho..."
A partir de ese momento, el mundo de Izuku se volvió más frío, no sólo desde fuera sino también desde dentro. La escuela se convirtió en un campo de batalla donde constantemente le recordaban su insuficiencia. Sus compañeros de clase, antes amigos, ahora lo veían como un paria. Y luego estaba Bakugou Katsuki, el chico que una vez había sido su amigo más cercano.
Katsuki, o Kacchan como solía llamarlo Izuku, era el polo opuesto de Izuku. Mientras que Izuku era tímido y cauteloso, Katsuki era atrevido y valiente. Fue bendecido con una peculiaridad extraordinaria que le permitió crear explosiones a partir del sudor de sus palmas. Desde muy joven, a Katsuki le habían dicho que estaba destinado a la grandeza. Él también lo creía, y esa creencia se convirtió en arrogancia a medida que crecía.
La visión del mundo de Katsuki era simple, el poder lo era todo. Los que no tenían poder estaban debajo de él y no tuvo reparos en mostrarles su lugar. El estatus peculiar de Izuku lo convirtió en el objetivo perfecto.
A medida que crecieron, la brecha entre ellos se amplió. Mientras Izuku continuaba aferrándose a su sueño de convertirse en un héroe, Katsuki comenzó a verlo como un tonto delirante, alguien que no merecía existir en un mundo que valoraba la fuerza por encima de todo. Las burlas que alguna vez habían sido juguetonas se volvieron crueles, y Katsuki se propuso recordarle a Izuku su inferioridad en cada oportunidad.
Pero Izuku no estaba del todo solo. Tenía a su madre, aunque ella luchaba con sus propias batallas. Inko Midoriya era una mujer amable y gentil, pero las cargas de la vida la agobiaban. Las presiones de criar a una niña sin peculiaridades en una sociedad que valoraba las peculiaridades por encima de todo, combinadas con su propia lucha contra la depresión, la dejaron sintiéndose atrapada e impotente.
Hizo todo lo posible para apoyar a Izuku, pero hubo días en los que el peso de su propia tristeza le impidió estar ahí para él tanto como quería. A menudo se encontraba sentada en la mesa de la cocina mucho después de que Izuku se hubiera acostado, mirando los restos de su cena, preguntándose dónde se había equivocado.
Izuku, por su parte, intentó proteger a su madre de su dolor. Ponía cara de valiente, fingiendo que el acoso no le molestaba tanto. Él le aseguraba que estaba bien, incluso cuando llegaba a casa con moretones nuevos o ropa rota. Pero la verdad era que el aislamiento y el acoso constante lo estaban desgastando.
El patio de recreo era un microcosmos del mundo más amplio, un lugar donde los fuertes gobernaban y los débiles eran dejados de lado. A los trece años, Izuku se había acostumbrado a estar al margen, observando en lugar de participar. Se mantuvo reservado, evitando la confrontación, pero siempre observando, siempre esperando que algún día algo cambiara.
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Metal Bat: Izuku el espíritu de lucha de un sin peculiaridades
FanficSin descripcion pero es buena