Poderes del corazón

Un pequeño desastre

Jack siempre había soñado con tener superpoderes, y cuando finalmente despertó una mañana con super fuerza y la capacidad de dar saltos prodigiosos, estaba más que emocionado. Pero pronto descubrió que tener poderes no era tan sencillo como había imaginado.

En la hora del almuerzo, se encontró con Kevin, un compañero de clase que parecía particularmente angustiado. Kevin estaba inclinado sobre el capó de su auto, un viejo sedán que había visto mejores días.

"¿Qué pasa, Kevin?" preguntó Jack, acercándose con una sonrisa.

"El neumático se desinfló, y tengo que cambiarlo antes de que termine el almuerzo, pero no sé si voy a lograrlo a tiempo", respondió Kevin, pasándose una mano por el cabello con frustración.

Jack, siempre dispuesto a ayudar, decidió que este era el momento perfecto para poner sus poderes a buen uso. "No te preocupes, yo me encargo", dijo con confianza.

Sin embargo, su entusiasmo superó su precaución. En su intento de levantar el auto para facilitar el cambio del neumático, aplicó demasiada fuerza. Antes de darse cuenta, el auto salió disparado de sus manos, volando por el aire.

El vehículo describió un arco en el cielo y aterrizó con un estruendo en el lado del edificio de la biblioteca, incrustándose en la pared con un sonido que resonó por todo el campus.

Dentro de la biblioteca, Sofia estaba concentrada en sus estudios, absorta en un libro de física avanzada. Era su primer semestre en la escuela, y aunque ya había notado que este lugar estaba lejos de ser normal, no estaba preparada para lo que sucedió a continuación.

Un fuerte estruendo sacudió el edificio, seguido por el sonido de cristales rotos y un grito ahogado de sorpresa. Sofia levantó la vista justo a tiempo para ver un auto estrellándose contra la pared de la biblioteca, apenas a unos metros de donde estaba sentada.

El polvo y los escombros volaron por todas partes, cubriéndola parcialmente mientras se levantaba de un salto, su corazón latiendo con fuerza.

"¡Esto no puede estar pasando!", pensó mientras se apresuraba a salir de la biblioteca, con el corazón en la boca.

Afuera, Jack llegó jadeando, apenas capaz de creer lo que había hecho. Se acercó al vehículo incrustado y, con un esfuerzo considerable, comenzó a tratar de levantarlo de nuevo. Pero justo cuando estaba a punto de lograrlo, escuchó una voz detrás de él.

"¿Qué estás haciendo? ¡Vas a empeorar las cosas!" gritó Sofia, su tono lleno de desesperación.

Jack se detuvo en seco y giró hacia la voz. Lo que vio lo dejó sin aliento. Frente a él estaba una chica de su edad, su cabello oscuro ligeramente despeinado y sus ojos verdes brillando con una intensidad que lo dejó momentáneamente sin palabras.

A pesar del caos a su alrededor, había algo en su presencia que lo desarmó por completo.

"Lo siento... yo... solo trataba de ayudar", dijo Jack, sintiendo que el rubor le subía por el cuello hasta las mejillas.

Sofia suspiró profundamente, tratando de mantener la calma. Había visto suficientes desastres en esta escuela para saber que perder los nervios no ayudaría.

"Está bien, pero si sigues tirando de esa manera, podrías hacer que toda la pared colapse", dijo, señalando las grietas que se extendían desde el lugar del impacto.

Jack miró las grietas, sintiéndose aún peor. "Tienes razón. Deberíamos hacer esto de otra manera."

Los dos se miraron por un instante, y luego, como si hubieran llegado a un acuerdo tácito, comenzaron a trabajar juntos. Sofia usó su conocimiento de física para idear un método más seguro para mover el auto sin causar más daños. Mientras tanto, Jack