El Misterio de Maya

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Jack no podía sacudir la sensación de que Maya había despertado un fuego dentro de él. La conexión que sentía con ella era intensa, como si compartieran un secreto que podía cambiar el curso de sus vidas.

Una noche, mientras estudiaba en la biblioteca, Jack vio a Maya sentada en una mesa alejada, rodeada de libros antiguos y polvorientos. Los títulos parecían susurrar secretos oscuros. Jack se acercó sigilosamente, sin querer interrumpir el hechizo.

Maya levantó la vista, y sus ojos brillaron como estrellas en la oscuridad. "Jack, te he estado esperando. El destino nos ha unido".

Jack se sentó junto a ella, sintiendo un escalofrío. "¿Qué estás buscando en estos libros?"

Maya cerró un libro antiguo, y las páginas crujieron. "La verdad sobre nosotros. Sobre nuestro propósito".

De repente, la biblioteca se sumió en la oscuridad. Las luces parpadearon y se apagaron, como si la propia noche hubiera caído sobre ellos. Jack y Maya se quedaron en silencio, rodeados por sombras que parecían cobrar vida.

"¿Qué pasa?" susurró Jack, su corazón latiendo con fuerza.

Maya se levantó, su figura recortada contra la oscuridad. "El destino nos llama, Jack. ¿Estás listo para responder?"

De repente, Jack sintió un dolor agudo en la cabeza. Todo se volvió borroso y él se desplomó al suelo. Cuando abrió los ojos, se encontró en un hospital, rodeado de máquinas y luces brillantes.

Una enfermera se acercó a él. "¿Cómo te sientes, Jack? Te encontraron inconsciente en la biblioteca".

Jack intentó recordar, pero su mente estaba en blanco. "¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?"

La enfermera miró sus notas. "No lo sabemos. No había nadie contigo. Pero... hay algo extraño".

"¿Qué?" preguntó Jack, confundido.

La enfermera bajó la voz. "No recuerdas nada, ¿verdad? Ni siquiera a tus amigos o familiares".

Jack intentó recordar, pero era como si su memoria hubiera sido borrada. "¿Quién es... Maya?" preguntó, sin saber por qué.

La enfermera se sorprendió. "No hay nadie con ese nombre en tus registros. ¿Por qué la mencionas?"

Jack se sintió perdido y confundido. ¿Quién era Maya? ¿Y por qué sentía que era importante?

Jack intentó recordar algo, cualquier cosa, pero su mente estaba completamente en blanco. La enfermera le dio un papel y un lápiz.

"Escribe algo, cualquier cosa que te venga a la mente", le dijo.

Jack comenzó a dibujar, y para su sorpresa, apareció un rostro femenino en el papel. Era Maya.

"¿Quién es ella?" preguntó la enfermera, sorprendida.

Jack se encogió de hombros. "No lo sé, pero siento que es importante".

De repente, la puerta del hospital se abrió y entró una figura familiar. Era Alex, su amigo de la universidad.

"¡Jack! ¡Gracias a Dios que estás bien!", exclamó Alex.

Jack se sintió confundido. "¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?"

Alex se sentó junto a él. "No lo sabemos. Te encontramos inconsciente en la biblioteca. Pero... hay algo que debes saber".

"¿Qué?" preguntó Jack, ansioso.

Alex bajó la voz. "Maya ha estado buscándote. Dice que eres importante para ella".

Jack se sintió un escalofrío. ¿Quién era Maya? ¿Y por qué era tan importante para él?

Alex se acercó más, su voz apenas audible. "Maya dice que tu memoria fue borrada por protección. Que hay algo dentro de ti que podría cambiar el curso de la historia".

Jack se sintió como si le hubieran dado un golpe. "¿Qué significa eso?"

Alex miró alrededor nerviosamente. "No lo sé, pero Maya insiste en que debes recordar. Que tu vida depende de ello".

De repente, la habitación comenzó a distorsionarse, como si la realidad misma se estuviera desmoronando. Jack sintió una presencia oscura acechando en las sombras.

"¿Qué está pasando?" gritó Alex, asustado.

La enfermera entró corriendo. "¡Jack, tu frecuencia cardíaca está aumentando! ¡Tenemos que sedarte!"

Pero Jack se resistió. "¡No! ¡Debo recordar!"

En ese momento, una figura emergió de las sombras. Era Maya, pero su rostro estaba cambiado, como si hubiera sido transformado por una fuerza oscura.

"Jack, es hora de recordar", dijo Maya, su voz hipnótica. "Tu verdadero nombre es... Echo. Y eres el clave para desbloquear el secreto más oscuro de la humanidad".

Jack se sintió como si su mente estuviera a punto de explotar. ¿Qué significaba todo eso? ¿Y quién era realmente?

Jack se encogió de hombros. "Echo, secreto oscuro... ¿Qué importa? Solo quiero volver a mi vida normal".

Maya lo miró sorprendida. "¡Pero Jack, tu destino es crucial!"

Jack se levantó. "Destino, schmestino. Necesito un café".

Alex se rió. "¡Eso es nuestro Jack! Siempre pragmático".

La enfermera sonrió. "Bueno, si está bien, puede irse".

Jack salió del hospital, decidido a olvidar el misterio. Volvió a la universidad, estudió para sus exámenes y se reunió con sus amigos.

Todo volvió a la normalidad... hasta que, mientras cruzaba la calle, se resbaló en una cáscara de plátano y cayó en un contenedor de basura.

Maya apareció junto a él, sonriendo. "Echo, parece que tu destino es... un poco patético".

Jack se levantó, cubierto de basura. "¡Cállate! ¡Esto no es gracioso!"

Pero Maya se rió. "Lo siento, Jack. Pero parece que tu vida normal incluye un poco de comedia".

Y así, Jack continuó su vida, con un pie en el misterio y otro en la ridiculez.

Después del accidente cómico, Jack se levantó, cubierto de basura, y miró a Maya con una mezcla de enojo y diversión.

"¿Contenta?" le preguntó, sacudiendo la basura de su ropa.

Maya se rió. "Un poco. Pero, Jack, debes tomar en serio tu destino".

Jack suspiró. "Mi destino es llegar a clase a tiempo. ¿Me ayudas?"

Maya sonrió misteriosamente. "Te ayudaré... de otra manera".

Y, con eso, Maya desapareció en la multitud, dejando a Jack confundido y cubierto de basura.

Mientras se dirigía a clase, Jack notó algo extraño: un papel en su bolsillo con un mensaje críptico.

"La verdad está en los libros. Busca el volumen 13".

¿Qué significa este mensaje? ¿Y qué libros están relacionados?

Jack llegó a clase, un poco tarde y aún cubierto de basura. Se sentó en su asiento, tratando de ignorar las miradas curiosas de sus compañeros.

La profesora de Literatura, la señorita Johnson, entró en el aula. "Buenos días, clase. Hoy comenzaremos con la asignación de libros".

La señorita Johnson asignó libros a cada estudiante, y cuando llegó a Jack, le entregó un libro antiguo. "El volumen 13. Espero que lo disfrutes".

Jack lo tomó sin mucho interés. "Gracias".

La clase continuó, y Jack se sumergió en su nueva rutina. Comenzó a disfrutar de la clase, descubriendo un nuevo talento para la escritura.

La vida de Jack siguió adelante, sin saber que el volumen 13 escondía un secreto que cambiaría su vida para siempre.

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