Adiós.

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"Que sorpresa Maxie" el moreno rio suave sacudiendo sus ropas. "No esperaba verte a estas horas. ¿Vienes a desayunar?"

El pequeño rubio no lo aguanto más, cerró los ojos y bajo su cabecita; soltó todo el llanto que albergaba. Sus manitas apretadas a sus costados con fuerza. No quería irse.

El mayor se acercó preocupado y sostuvo sus pequeña mejillas.

"¿Qué sucede Max? ¿Estás bien?" Acaricio con cuidado, limpiando sus lágrimas.

"Yo...me voy a ir Sergio" hablo entre jadeos por el intenso llanto. "Me va a llevar mi papá. ¡Y no quiero irme!"

Max se aventó a los brazos del mayor, necesitaba sentirlo, escuchar el golpeteo de su corazón, su calidez y el sentimiento de protección que tenía cuando esteban cerca.

"Ay Max..." recibió al niño en un fuerte abrazo; sus dedos pasaron por los cabellos rubios e intento alentar al niño.

"Todo estará bien, eres muy fuerte y valiente" sonrió "el más fuerte y valiente que conozco"

"Sergio" se dijo a sí mismo, es ahora o nunca. "Regresare cuando sea grande. Incluso más grande que tu...y cuando regrese. ¿Aceptarías casarte conmigo?"

El mayor se sorprendió por la propuesta ¿Casarse con Max? Ese niño tierno lo quería de esposo. No pudo evitar la carcajada al ver la mirada ilusionada del pequeño entre sus brazos.

"Si eres más grande que yo cuando regreses. Aceptaré ser tu esposo" no lo decía enserió, después de todo, podría ser un tonto enamoramiento infantil.

El niño sonrió en grande, aún con sus lágrimas cayendo. Asintió emocionado ¿Era así de fácil?

"¿Lo prometes por el meñique?" Levanto su pequeña mano a la altura de la cara de Sergio.

El mayor rio alzando su meñique para atrapar el mas pequeño.

"Solo recuerda que me encantan las rosas"

***

"Acepto" Las manos se sostuvieron con delicadeza, las miradas entrelazadas buscando el brillo del amor que se tenían y las sonrisas alegres.

"Puede besar a la novia"

Gritos resonaron en aquella iglesia de países bajos, las familias Verstappen y Piquet los felicitaban por la nueva unión. El padre del novio aplaudía con entusiasmo, había logrado su cometido; su hijo mayor casado con una mujer dentro de su mundo, siendo el mejor piloto de formula 1 con mucha fama y mas dinero del que podría contar.

El rubio sonrió a su ahora esposa, con un agarre firme en su cintura la acerco para besar sus labios.

Pronto salieron entre una lluvia de flores, sujetados de las manos hasta llegar al auto de lujo del rubio.

Max estaba feliz, su vida no podría ser mejor que en este momento. Tenia una esposa y a su hija en camino.

Tomo la mano de su esposa y la beso.

***

No sentía nada mas que una enorme tristeza, nunca se lo pudo imaginar. ¿Que demonios había echo para que le pasara algo así? Pensaba que había encontrado al amor de su vida...estaba apunto de tener a su segunda hija. Lagrimas salieron de sus ojos, ni siquiera podría llamar hija a la bebe que tendría su esposa. ¿Seria Penélope suya? Ya no sabia que creer.

Se entero de la peor manera, estando contento de volver a su casa para su aniversario. Se supone que estaría preparándose para la siguiente carrera, pero no se perdería su aniversario. Después de todo seria el primero que tendrían, quería que fuera especial y un momento para recordar con amor.

Valla que lo recordaría, después de todo, su esposa se encontraba celebrando con otro hombre, en su casa y en su cama. Aunque a juzgar por el desorden de la sala podía deducir que no fue el único lugar.

Los enfrento con gritos llenos de desdén, a palabrotas hirientes, pero no le importo, nadie estaba mas herido que el. Su puto matrimonio era una total mentira, su familia era falsa y su corazón estaba herido.

¿La cereza del pastel?

Su padre lo sabia todo, cada maldito detalle.

No quería seguir ahí, con ese estilo de vida y con las personas que la conformaban. Tenia un par de buenos amigos, Charles y Daniel, incluso Lando; pero nadie sanaría su corazón roto.

Así que, opto por la opción mas sana. Iría al rancho, con su madre, quería verla y abrazarla. No había tenido mucho tiempo así que, no la visito muy seguido.

***

Estaciono su jeep fuera de la casa de su madre, espero un par de segundos meditando su día y lo que le diría a su madre al entrar por esa puerta. Debió mandarle un mensaje antes de venir, pero salió tan de repente. Nadie sabia que estaba ahí, no hablo con nadie mas que con Christian. Renunciaría al mundo de la formula 1 por un tiempo, no se sentía como el; no podría manejar en ese estado mental decaído y sin convicción, sin hambre.

Siguió pensando por los siguientes 2 minutos, hasta que sorpresivamente la puerta se abrió. Esperaba ver a su madre salir de casa, pero se sorprendió al ver a un hombre. Un hombre en toda la palabra. Y dios mío, lo dejo totalmente con la garganta seca.

Vestimenta vaquera ceñida a su deslumbrante cuerpo moreno, la camisa desabotonada mostrando grandes pectorales, pantalones que se apretaban en los lugares correctos...ese cabello, dios, largo ondulado hasta casi tocar sus hombros. ¿Esas eran pecas? Este hombre era 'el' hombre.

Hipnotizado bajo lento de su coche sin quitar su mirada de aquel dios griego; a paso lento se acerco a la puerta saludando con un asentimiento.

Al contrario pareció iluminarle la cara, sus ojos y su boca se abrieron, soltó un pequeño grito y se acerco al mas alto.

"¡No puede ser! ¿Max? Dios mío estas gigante" hablo con emoción.

"¿Si?" Confundido lo miro, ¿Lo conocía?

"Dios santo Maxie, ¿Cuando volviste? Tu madre no me conto nada" Entusiasmado poso su mano en el fuerte brazo del rubio.

Max no sabia que contestar, si conocía a su madre tal ves era un vecino, pero no lo recordaba.

El moreno pareció reconocer su confusión así que decidido y un poco ofendido hablo.

"¿No te acuerdas de mi? ¡Soy Sergio!"

Mierda.

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Uno cortito. 👍

Bailemos. [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora