Capítulo 6 : O-cat-aco

1.1K 35 1
                                    


Resumen:

A pesar de haber pasado por otras cinco chicas, todas ellas con sus propios fetiches, Izuku se sorprende de que la inocente Ochaco sea la más sucia de todas.

A pesar de haber pasado por otras cinco chicas, todas ellas con sus propios fetiches, Izuku se sorprende de que la inocente Ochaco sea la más sucia de todas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Vamos, Ochaco? —preguntó Izuku mientras se secaba el sudor de la frente.

—¡SÍ! Quiero decir... por favor, úsame como tu juguete para que pueda llevar a tu hijo en su vientre. —gritó la morena antes de volver a su actitud sumisa, lo que hizo reír a Izuku.

 —gritó la morena antes de volver a su actitud sumisa, lo que hizo reír a Izuku

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Estás realmente desesperada. Pensé que tenías un poco más de respeto por ti misma. —Su novio se rió mientras cogía a su novia—. Ahora, nena, ya que has sido una buena, sumisa y obediente pequeña joya para el brazo, te voy a dar un regalo especial. Dime qué quieres que haga contigo —ordenó la pelirroja con una sonrisa. Ochaco mientras tanto miró alrededor de la habitación, hacia las otras chicas, luego sus pies y, por último, a los ojos de Izuku.

—Yo... ¿puedo pedir cualquier cosa?... Incluso si es raro y vergonzoso. —La simp morena murmuró avergonzada, haciendo que Izuku se riera.

—Por supuesto, mi pequeña perra —le aseguró Izuku.

"Quiero ser tu mascota."

"...Tengo que admitir que esperaba cosas como pañales o atragantamientos, pero no esperaba que jugara con mascotas".

—¡Lo sabía! —gritó Ochaco mientras se cubría el rostro con las manos, lo que la hizo flotar hasta el techo—. Soy una bicha rara —se quejó.

—Vamos, Ochaco. No eres un bicho raro... Pero mentiría si dijera que el juego de mascotas no es un poco... extraño —admitió Izuku torpemente—. Di lo que quieras sobre las otras chicas, las traté como si fueran humanas... excepto por Momo. Ella es mi cerda reproductora. ¿No es así, Mo?

—¡Skwl! ¡Skwl! ¡Skwl! —chilló Momo patéticamente, todavía con el pene atragantado en la garganta.

—De todos modos, vuelve a bajar, Ochaco —suplicó la pelirroja.

Las aventuras sexuales de Izuku con seis estudiantes femeninasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora