Miedo

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Camilo:

No era la primera vez que dormíamos juntos, de hecho en mi casa lo hacíamos todo el tiempo, pues ambos éramos muy dormilones.
Pero esta vez fue distinta, esta vez fui yo quien la abrazó, quién casi suplicaba interiormente que ese momento no se acabase nunca.

Tenía miedo, estaba lleno de miedo, miedo a que se marchase, miedo a perderla como había estado apunto de hacer apenas hacía un par de horas.

Aquella chica tardo poco en dormirse, mientras que yo solo miraba aquel techo y pensaba, pensaba en nosotros, en nuestra amistad, en lo que me había dicho antes de convulsionar, pensaba en que algún dia podía perderla, en lo mal que estuvo haberme alejado de mi mejor amiga por un nena que nisiquiera me amaba.
Pensaba en mil cosas y sin poder dormir o nisiquiera dejar de pensar, me quedé allí, abrazado al torso de Ariel, con mi cabeza en su pecho y su mano enredada en mis cabellos.

En ese tiempo decidí fingir demencia para siempre y no preguntarle a Ariel sobre aquello que había dicho esa tarde, quizás porque aun seguia muy afectado o tan solo por que queria seguir pensando que aquellas palabras habían sido delireos, mentiras causadas por la fiebre...

-Milo -susurro la chica acariciando mi cabello-

Abrí los ojos medio adormilado, apenas había cerrado los ojos al decir verdad.

-Si? -pregunte un poco adormilada, mirando hacia arriba aún desde la misma posición en la que nos hablado acostado-

-No tenés hambre? -pregunto la chica sonriente-

-Si querés podemos pedir algo, yo invito -hable sonriente para incorporarme ya en la cama-

Me senté junto a ella, aún mirándola pues estábamos debatiendo que comer.

-Si pagamos a medias si -hablo la chica muy convencida-

-bueno, está bien -menti, era obvio que me adelantaría a pagar-

Ariel no tenía una buena situación económica en casa desde nunca, recuerdo muchas veces en las cuales mamá le traía comida para que no durmieran con el estómago vacío o Bruno laburaba de más para poder traer algo que comer a la casa.
Desde que me pegué en la música no solo ayude a mamá, si no a ellos también, siempre que vengo les traigo mercado, ya sea manzanas, verduras, leche, carne... Lo que sea he intento siempre pagar yo todo lo relacionado con ambos.

Pues para decir verdad con esto de música yo había sacado guita y no compartirla con mis seres queridos era algo impensable.
Aunque claro, cuando salía con Mai aquello casi se me olvidaba.
Pues al no dejarme pisar la casa de Ariel, no le traía comida y si no fuese por mí vieja, estoy seguro que tanto Ariel, como su mamá y hermanos hubiesen vuelto a como vivian cuando éramos Wachines.
Pues si bien ahora no les sobraba el dinero, jamás les faltaba que comer a los tres.

-Querés Pizza? -pregunte amable -

-con doble Perroni picante -hablo la chica con una sonrisa-

-y sin champiñones -termine la frase yo de la misma forma-

Para así sacarle una pequeña risa a la chica.

Poco tardamos en llamar, para que así nos trajesen las pizzas.
Pedimos 4, pues era obvio que no dejaríamos a Bruno y a Eva sin cenar.

-Camilo -se quejo la morocha- sos un pelotudo, te dije que yo pagaba lo nuestro

-sorry not sorry baby -hable para así reir-

Nos sentamos los 4 a comer para al terminar, tan solo que la mamá de Ariel se fuese a su pieza y Bruno se despidiera, pues saldría con sus amigos un rato.

-querés ver una película? -pregunto la morocha sonriente-

-Dale -hable de la misma forma- cual?

-Spider-Man? -hablo la chica-

-Dale -hable sonriente-

Para ambos era nuestra película favorita, ya la habíamos visto mil veces pero a ninguno le importaba verla una vez más.
Así que poco tardamos en ir a la habitación, para que así Ariel agarrase aquel portátil y nos  tumbasemos en su cama a ver la película.

-Ariel -hable mientras movía con delicadeza a la morocha que dormía plácidamente en mi pecho- me tengo que ir ya

-no -hablo como niña pequeña- quedáte a dormir -hablo adormilada intensificando su agarré-

-Bruno me mata -hable para reir-  bastante se aguanto que durmiesemos siesta

-que se joda -se quejo la chica de rulos- quedáte, porfavor

-Vení mañana temprano a casa -propuse- mi vieja va a hacer milanesas con puré

-pero te vas ahora? -pregunto ya con sus ojos abiertos, haciendo puchero-

-llevo todo el día acá Ariel, mi mamá me reclama

-pero voy mañana temprano, vale?

-como si queres venir desde las 8, sabés que mi casa es tu casa

-sos tan lindo -hablo la chica en un puchero para así dejar un beso en mi mejilla- te quiero

-y yo a ti morocha -hable sonriente abrazando a mi mejor amiga-

Poco tarde en despedirme de Ariel y su mamá, para encontrarme en la vereda a Bruno el cual venía de vuelta para su casa solo.

-Ya te vas? -pregunto el chico acercándose a mi-

-si, mi vieja me reclama -hable para soltar una pequeña risa- es tarde igual, llevo acá todo el día

-yo también ando de regreso, mañana laburo temprano

-conseguiste laburo? Ariel no me contó nada, me alegro un montón -hable amable-

-Si, en la carnicería -hablo sonriente el chico- gracias -hablo amable al igual- por sierto Camilo, gracias por cuidarla hoy

-no tienes que darlas, yo la quiero -hable sonriente-

Para al caer en lo último que había dicho, explicarme al instante con miedo a que el chico mal interpretará las cosas

-osea como amigos, la quiero como amigo solos -hable rapido-

Este tan solo rió, para así decir algo que jamás imaginé me diría aquel chico.

-No me importaría que la quisieras como algo más -hablo el chico para tocar mi hombro- me has demostrado que eres un hombre y no un wachin

En ese momento me quedé estático, no sabía que decir, como actuar, no entendía que me estaba diciendo aquel chico el cual llevaba años intentando que jamás me quedase a solas con su hermana pequeña.

-pero es si, hacele daño y te corto las pelotas -hablo con tono amenazante-

Para así yo soltar una risa nerviosa.

-no, no, tranquilo -hable cuando pude reaccionar- solo somos amigos

-ajam -titubee poco comvencido- los amigos no se miran así, créeme -paro este para dar una palmada en mi hombro- me voy, vos deverias hacer lo mismo

-si, buenas noches -dije rápido-

-buenas noches -fue lo último que dijo el chico antes de entrar  a su casa-

Y yo tan solo camine hasta la mía, para así entrar, saludar a mi mamá y subir a mi pieza, pues a pesar de que mañana no había colegio tendría que despertarme temprano pues Ariel vendría a almorzar.

Con amor del bueno (Milo J) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora