DIANA POV.
Por fin ha llegado el día en que la volveré a ver a mi segunda familia, pero en especial a Claudia, desde hace mucho tiempo he deseado estar a su lado, ahora ese deseo se hace realidad, he terminado mis estudios.
Me pregunto si ella aún se acordara de mi o me olvido, ¿será que está casada? Ojalá y no, hace años le prometí casarme con ella. Desde que era niña siempre me ha gustado Claudia, cuando se lo confesé a su hermano pensé que él se enojaría conmigo, pero no, él estuvo alegre de saber que su hermanita me gustaba, me dijo que nadie que no fuera yo merecía a su princesa.
- ¿Emocionada por llegar mi señora? – me pregunta mi siervo Simón
- Si, como no te imaginas –
- ¿Cuántos tiempo estuvo sin verlos? –
- veinte años, amigo mío – puedo ver que pronto llegaremos a tierra, de lejos puedo verlo – en cuanto tiempo estaremos en tierra –
- aproximadamente en a las cuatro de la tarde mi señora –
- entonces alista las cosas –
- como usted desee –
Se que aún falta algunas horas para verlos, pero siento como los nervios se van apoderando de mi cuerpo. Hace años llegue por estas tierras como esclava, mis padres al igual que yo fueron esclavos, pero ellos murieron hace años.
Tuve la fortuna de tener a unos amos de buen corazón, nunca me trataron como una esclava, me dieron la libertad tras rescatar a su hijo de morir ahogado en el rio.
Desde que tengo memoria Antonio, Claudia y yo hemos sido un trio, cuando partí a la edad de siete años sufrí demasiado, pero era para algo bueno, tenía que prepararme si quería darle un futuro prometedor a mi querida Claudia. Antes de irme le prometí a mi segunda madre volver para desposar a su hija.
El barco se ha detenido, mis siervos bajan las cosas para ponerlos en los carruajes para después partir a mi antiguo hogar.
Todo es tan diferente, las construcciones son imponentes, a lo lejos puedo ver a muchos hombres trabajando en lo que será el circo romano más grande de la historia, lo único que me ha gustado ver son las carreras en las fiestas, es tan emocionante, al igual que ver a los gladiadores luchar, pero verlos morir me parece injusto al menos que sean criminales.
Las calles están demasiado llenas para el festejo del emperador cosa que nos impide avanzar rápido. Tardamos más de lo esperado en llegar, pero por fortuna ya estamos en el lugar. Toco la puerta, una sierva me abre.
- Dígame señorita que desea –
- Quiero ver a la señora Helena –
- Pase por favor, dígame quien la busca –
- Diana de Grecia, en específico de Atenas –
La sierva se marcha, aprovecho para admirar la casa de mi feliz infancia, puedo ver el patio en donde jugaba con Antonio a la guardia real, todavía están los escondites que utilizábamos cuando Helena se enojaba con nosotros. Por lo visto la casa no ha sufrido grandes cambios.
- ¿Diana? – escucho detrás de mí, inevitablemente una sonrisa se extiende en mi rostro
- Madre – extiendo los brazos para recibirla
- Oh querida – me estrecha entre sus brazos en un abrazo maternal, al tener a mi madre entre mis brazos no logro entender como logre vivir sin ella durante tantos años – pero mira que hermosa estas mi pequeña – toma mi rostro entre sus manos – casi no te reconozco –
ESTÁS LEYENDO
En mi siguiente vida
RomanceDos jóvenes enamoradas que viven felices, su amor no era mal visto, eran respetadas por muchos. Pero todo cambia cuando una de ellas es acusada de traición, cosa que la llevará a luchar en la arena, condena que deberá cumplir toda su vida, a menos q...