3. No soporto a Elizabeth

0 0 0
                                    

Despierto con un dolor de cabeza tan fuerte que siento que me va a explotar en cualquier momento. Anoche salí con Thomas y los chicos a celebrar como cada fin de semana, pero sin ser fin de semana y sin nada que celebrar. Después del enfado que tuve por cierta chica y cierto padre tuve la gran idea de montar una fiesta privada en mi mansión, y si, has escuchado bien, tengo una mansión para mi solo. Mi padre me la compró para cuando tuviera trabajo y me independizara, cosa que veía bastante lejos hasta ayer.
Sabía que algún día trabajaría en la empresa de papá cuando terminase la carrera y así fue pero sinceramente me gustaría estar en otra empresa donde no tuviera que soportar a mi padre día y noche.
"No serías nada en la vida si no fuese por mi" escuché decir a mi padre anoche cuando me llamó por teléfono. No estaba en condiciones de hablar sin mandarlo a la mierda así que le colgué.
Tiene razón y eso es lo que me molesta, quiero ser algo sin necesitarlo a él para variar. Hace tiempo pensé en montar mi propia empresa pero no tengo una buena fama por lo que pocos apostarían por mí.
Noto peso en el brazo y caigo en la cuenta de que ayer entré en la habitación con Natalia. Se remueve en su sitio pero sigue dormida.
Perfecto, pienso para mí mismo, así puedo irme sin que me vea.
No tengo nada en contra de ella pero Natalia en la típica chica a la que quieres para un polvo cuando lo necesitas y siempre está. Ahora ya no la necesito para otra cosa así que prefiero irme antes de que empiece a hablarme de "que somos" cuando sabe perfectamente que no somos ni seremos nada nunca.
Sin poder evitarlo pienso en Elizabeth, ¿se supone que no podré acostarme con otras cuando nos casemos? No ni hablar, es algo que seguiré haciendo y me da igual si se entera todo el puto país.
"Lizz", así es como la llaman sus padres o amigos cercanos. De repente me acuerdo de Leo, ese imbécil siempre va lamiéndole el culo como un perrito faldero pensado que algún día se fijará en el. No creo que sea su tipo, en fin, es un pringado.
Me acerco al Celeste la ama de casa de la mansión y le digo que por favor saque a todo el mundo de aquí antes de las 10. Me dirijo de vuelta a mi casa real, quiero ducharme y tengo hambre pero mis planes se truncan en cuanto entro por la puerta.
- Sé que probablemente no te acuerdes de la llamada de ayer pero yo sí, la semana que viene Elizabeth y tú tenéis entrevistas para el canal 8, tendréis un guion cada uno, en caso de que no lo queráis podéis actuar y espero que bien. Acércate a su casa y coméntaselo. Tenéis 5 días para prepararos. (Tiene los dedos masajeándose las sienes en señal de que no va a tener mucha paciencia con este tema)
- ¿Por qué tengo que decírselo yo? Se supone que tú te encargas de eso.
- A partir de ahora tenéis que relacionaros y saber cosas el uno del otro para que esto parezca real.
- No quiero hablar con ella no la soporto. ( Y no miento, nunca me ha caído bien. Ella siempre ha intentado que seamos amigos pero yo pasaba de ella. Me gustaba ver como se arrastraba hasta que un día dejó de insistir, en ese momento empecé a molestarla para que supiera que nadie pasa de mí y se queda igual que antes. Con el tiempo se volvió mucho más divertido molestarla que ver cómo volvía a intentar ser mi amiga)
- !He dicho que vayas a su casa y hables con ella!
Está enfadado y bastante irritable. Abandono el comedor y me dirijo hacia el baño de mi habitación para ducharme. Pienso en que quizás no sea tan malo ir a hablar con ella, después de todo será un buen momento para volver a molestarla. Me visto y me dirijo hacia su casa preparado para llamar al timbre.
- Oh hola Axel, no esperaba verte por aquí, ¿necesitas algo? (la madre de Elizabeth y ella son bastante parecidas.)
- Vengo a hablar con Elisabeht de unos asuntos empresariales.
- Está en su cuarto, seguramente aún esté dormida, iba a subir ahora mismo a despertarla, pero ya que has llegado hazlo tú. Es en la planta de arriba, segunda habitación a la derecha(Lo que me faltaba)
Subo escaleras arriba dirigiéndome a su habitación. Al abrir la puerta noto cómo sale un fuerte olor a coco. La persiana está bajada pero no lo suficiente como para no ver nada, por una rendija entra algo de luz. Su cara se ve relajada y está tapada con una sábana fina.
- Despierta imbécil.
La zarandeo de un lado a otro hasta conseguir despertarla. Ella resopla y empieza a cabrearse.
- Joder, no se puede dormir en esta casa.
- Vaya boca tienes, ¿no sabes hablar bien o qué?
Se da la vuelta, extrañada por escuchar mi voz seguramente y cuando me ve pone cara de no creérselo.
- No pensase que que un día pudiese comenzar tan mal, pero veo que estaba equivocada. Fuera de mi habitación.
- Aunque sea lo que más deseo en el mundo en estos momentos no puedo irme, el pesado de mi padre me ha dicho que tengo que hablar contigo.
- Pues qué pena que no me importe lo que tengáis que decir ni tú ni el pesado de tu padre.
- Vamos sal ahora mismo de la cama si no quieres enfadarme.
Tiro de las sábanas, intentando destaparla pero ella intenta agarrarlas con todas sus fuerzas. No entendía por qué, hasta que consigo quitarle la sábana entera. Lleva una camiseta para dormir muy corta y en la parte de abajo solo lleva unas bragas bastante diminutas. Se muestra incómoda al principio y yo me quedo mirando esa zona unos segundos.
- Si querías verme en tanga solo tenías que decírmelo ( dice sin vacilar. Ahora que sé que lo que lleva es un tanga y no unas bragas sí que me gustaría vérselo. No me juzguen, podré odiarla pero sigo siendo un hombre y no me niego a ver un buen culo)
- Si te lo hubiera pedido, ¿lo habrías hecho? (Pone cara de no creerse lo que le estoy preguntando. Esto va a ser más divertido de lo pensaba) ¿Y bien? ¿ No vas a decirme nada? (Su cara es desconcierto puro, tiene las cejas arqueadas pensando en qué responderme)
- No sé de qué vas pero si estás intentando ligar conmigo te puedo asegurar que no va a funcionar.
Suelto una carcajada seca.
- ¿Ligar contigo? Por favor aún tengo gusto para elegir y tú no entras en mis estándares.
- Tus estándares están al nivel de tu coeficiente intelectual, o sea cero. ( se levanta de la cama y se acerca a su armario en busca de unos pantalones. Pareciera que le da igual que le vea en ropa interior de cintura para abajo pues está yendo de un lado al otro de la habitación solo con esa camiseta y el tanga negro de encaje. Me acabo de dar cuenta que es de encaje pero los ojos se me van a su trasero inconscientemente.) Además, para no entrar en tus estándares ni ser tu tipo es extraño que me mires tanto el culo.  (Mierda me ha pillado mirándola. Ahora pensará que tengo algún tipo de interés hacia ella, cuando para mí es otra más del montón)
- Voy al coche, cuando termines de vestirte bajas.
- ¿No íbamos a hablar aquí?
- He dicho que teníamos que hablar, pero no dónde. No quiero hablar, sabiendo que tendré a tus padres a dos pasos de nosotros. Con los míos ya tengo de sobra.
Salgo de su casa sin molestarme en despedirme y entro al coche esperando a que termine. Al cabo de unos 15 minutos la veo salir y montarse en el coche.
- ¿ Bueno y de qué quieres hablar?



Hasta aquí el capítulo de hoy.

Otro foto más de la mansión de Axel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otro foto más de la mansión de Axel. ¿Qué os parece?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La boda de mis pesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora