31- Tears in heaven

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Era la última función en Corea, teníamos teatro lleno, bailarines listos y la orquesta preparada ¿Qué faltaba? Min.

Había recibido una llamada media hora antes de que comenzara el show y se había ido sin explicar nada.

Estaba ansioso, quería llamarlo pero temía incomodarlo. Su rostro era de puro dolor cuando corto la llamada.

Después de aquel día en el río, no nos habíamos vuelto a besar pero tampoco peleábamos, como si hubiéramos obtenido una tregua.

Quería hablar con él, explicarle que ya no estaba con Mingyu. Pero también tenía miedo, porque decirle eso era darle esperanzas a que estuviéramos juntos pero eso era algo que ni yo tenia respuesta.

Puse todos esos pensamientos en un riconcito y me concentre en el show. Habíamos anunciado que el pianista no estaría, ofrecimos disculpas y avisando que trataríamos de organizar un evento para que pudieran verlo tocar.

Terminamos con éxito, una gran ovación de pie, muchas flores lanzadas a nuestros pies y una Sun-Mi rebosante de alegría.

Al bajar del escenario, nuestros amigos y familiares nos esperaban. Iríamos todos juntos a celebrar.

Hoseok fue el último en llegar, estaba agitado, sudor corría por su rostro y se veía pálido.

-Jimin, Yoongi te necesita- mi corazón se detuvo.

-¿Qué... qué paso Hobi?- mis manos temblaban, sentía un sudor frió correr por mi espalda.

-Es sakura- No entendía nada, pero sabia que tenia que ir.

Le pedí a mamá que llevarán a Sunny a celebrar. Me despedí de ella prometiendole que saldríamos juntos cuando volviera de ver al señor gatito.

 Me despedí de ella prometiendole que saldríamos juntos cuando volviera de ver al señor gatito

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Llegue al hospital veinte minutos después, acompañado por Hoseok y la pareja Kim.

Preguntamos en la mesa de informes y nos indicaron que estaban en el cuarto piso, en la parte de emergencia.

Apenas las puertas del ascensor se abrieron, supe que era grave. Yoongi estaba sentado en el suelo, como si se hubiera apoyado en la pared y su cuerpo se cayera. Sandara era abrazada por Winter mientras ambas lloraban.

-Jimin- la pequeña fue la primera en notar mi presencia -¿Qué haces aquí?-

No pude responder, un nudo se instaló en mi garganta al cruzar mi mirada con Yoongi. Era tan crudo el dolor que transmitían sus ojos, que sentí que me habían golpeado el estómago y sacado todo el aire.

En ese momento las puertas del quirofano fueron abiertas y un doctor con dos enfermeras aparecieron en nuestro campo de visión.

-Familiares de Min- grito y al segundo éramos seis personas a su alrededor.

-Soy su madre- contestó Sandara.

-Hemos podido detener el sangrado. Lamentablemente tuvimos que realizarle una histerectomía completa- un jadeo escapo de mis labios.

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