Hace un tiempo en un imperio, digamos que casi olvidado vivía una chica cuya familia era campesina, provenían del pueblo de lusbru al norte del imperio, no era un pueblo muy grande como el pueblo de lidia pero los campesinos amaban estar en ese lugar y la chica de nombre elizabeth también pensaba lo mismo, se levantaba todas las mañanas con una sonrisa en su blanco rostro dispuesta a cumplir con todas sus labores. Aunque su familia sufría de muchas carencias eso nunca desanimaba a Elizabeth, se sentía feliz de ayudar a sus padres, aunque ellos insistían en que estudiara para que sea alguien importante.
Pero, a pesar de las insistencias de sus padres, elizabeth seguía ignorando sus peticiones y seguía trabajando para poder pagar una tercera parte de la deuda de su padre y también para suplir todos los alimentos que consumen al día, lastimosamente a veces la vida no es color de rosa y las deudas de su padre incrementaron como agua en riachuelo y que provoca que elizabeth trabaje horas extras en la granja de don hernán. aunque muchas veces no le iba tan bien hacía que su trabajo valiera la pena.
-Elizabeth que no se olvide alimentar a los caballos-don hernán mira a elizabeth mientras se ponía su saco y sombrero-yo voy a salir para hacer unos mandados-dijo y salió del lugar-
-ni siquiera me dio chance de hablar-elizabeth agarro sus botas y la cubeta que contenía la comida de los caballos saliendo al establo para poder alimentarlos-
Con mucho cuidado elizabeth se acercó a los caballos, habían distintos tipos blancos, negros, pintos, grandes, pequeños, con mucho cabello y poco cabellos en conclusión era un gran establo, cada caballo tenia su nombre aunque don hernan los llamaba por números ya que para el era un poco dificil recordar sus nombres, elizabeth entro al establo y les dio de comer a cada caballo, al terminar volvio a la casa para seguir empacando las mermeladas que don hernan vendía en el mercado.
Con pereza terminó con sus labores antes de que llegara don hernán, limpio lo que había ensuciado para cuando llegara su jefe pasaron algunos minutos y don hernán ya había llegado le pago a elizabeth su sueldo no era mucho pero sí suficiente para pagar las deudas de su padre y
para comprar algo para comer, al llegar a casa su madre la estaba esperando con una cena deliciosa. Elizabeth olvidó todo el estrés y cansancio que cargó durante todo el día.-Bienvenida a casa hijita mía-su madre de nombre dahlia la abrazo cuando Elizabeth se acercó a ella-¿como la pasaste hoy?-le preguntó mientras servía la cena-
-Hoy me fue bien mamá como todos los días- Elizabeth se sentó en su lugar correspondiente- ¿donde están papá y ragna?- preguntó elizabeth mientras comía un pedazo de pan-
-están en el huerto buscando algunos vegetales-dahlia término de servir la cena y se sentó junto a elizabeth a cenar-elizabeth ya hemos tenido esta conversa...-antes de que dahlia pudiera terminar de hablar elizabeth la interrumpió-
-mamá no vayas a empezar con lo mismo ya sabes cual es mi respuesta-seguía comiendo ya algo molesta por la casi conversación que su madre quería establecer-
-lo se mi amor pero aun eres joven y estas a tiempo de ser alguien importante, solo considéralo hijita-dahlia siguió comiendo en silencio-
Elizabeth era alguien un poco terca por ende no iba a aceptar la oferta de sus padres ya que aunque ella quisiera seguir estudiando no puede, su padre había dejado de trabajar debido a que enfermo muy grave dejándolo muy débil para poder trabajar y suplir las necesidad de su familia.
-además mamá, tú más que nadie sabe que papá no puede trabajar y a mi no me molesta hacerlo es más me gusta saber que Colaboró con algo en la casa-elizabeth miró a su madre con una leve sonrisa-
-bueno en eso tienes razón hijita y te agradezco mucho todo lo que has hecho-dahlia acarició el cabello largo y oscuro de su hija mientras le sonreía-
-no es nada mamá yo haría lo que fuera por ustedes, si es necesario quemaría lusbru completo solo por cualquiera de ustedes-elizabeth y su madre terminaron de cenar lavaron los platos que ensuciaron mientras conversaban-
Después de algunos minutos llegaron Ragna y su padre con algunos vegetales y frutas que buscaron del huerto, Elizabeth al verlos fue a saludarlos con mucho entusiasmo y felicidad al ver a su padre un poco mejor después de estar todo el tiempo enfermo.
-papá ¿cómo has estado?-elizabeth corrió hacia su padre y lo abraza-te ves mucho mejor-
-gracias a ti y tu madre-el hombre de nombre Erik abrazaba a su hija con mucho amor y cariño-¿cómo te fue hoy?-
-bien la verdad-elizabeth se acercó a su hermana menor y la abrazo-cuidaste de papá ragna-
-si lo cuide muy bien liz, hice todo el trabajo mientras el solo daba órdenes-el tono burlesco de ragna hizo que todos en el lugar echaran una carcajada-
-eso era de esperarse papá siempre da órdenes-elizabeth se alejó de su hermana y le sirvió la cena a su padre y hermana-ya pueden cenar yo estaré en mi habitación-elizabeth llegó a su habitación y se tiró en su cama muy cansada-
después de un largo dia de trabajo para elizabeth llegar a su casa era lo mejor para ella, aunque algo dentro de su ser no estaba bien se sentía abrumada con la gran carga que tenía siendo tan joven, las lágrimas no tardaron en salir,elizabeth lloraba de impotencia y frustración estaba cansada y algo herida. Ragna que iba pasando por su habitación la escuchó llorar, al principio no quería molestar pero sabía que su hermana ha estado llorando durante algunas noches, decidió entrar a la habitación de su hermana sentarse en su cama y abrazarla para que pudiera llorar en sus hombros
-¿que tienes hermanita?-la pequeña ragna que no entendía las emociones adultas pero que sabía cuando alguien no estaba bien, le hizo una pregunta tan inocente como ella mientras la abrazaba-
-ragna mi pequeña hermana solo te pido que no dejes nunca de estudiar para que tus noches no sean de llanto como las mías-elizabeth mientras seguía llorando le hablaba a su hermana con su voz más que rota-
Ragna sabía cuál era la situación económica de su familia, sabía lo duro que su hermana trabajaba debido a que su padre enfermo no ponía, sabía que su hermana nunca quiso dejar de estudiar pero más que nadie sabía que Elizabeth daría la vida por su familia.
Elizabeth ya se había quedado dormida de tanto llorar, ragna acostó a su hermana mayor en su cama la cubrió con su manta de lana y salió de su habitación cerrando la puerta detrás de ella,después de eso se dirigió hacia su habitación se disponía a dormir no sin antes rezarle a Dios para ayudar a su hermana.
-Caro Dio, ti chiedo con tutto il cuore di aiutare mia sorella affinché tutti i suoi problemi e lacrime svaniscono, Amén.-después de rezar ragna se fue a dormir hasta el día siguiente-
Después de un largo día la familia Rossi dormía tranquilamente como todas las noches para al día siguiente volver a repetir su rutina.
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la corona del emperador
RomanceEn el brillante y emblemático Imperio de Eryndor, Elizabeth Rossi, la humilde campesina ha dedicado su vida a trabajar arduamente para pagar las deudas de su padre enfermo. Una mañana de viernes al descubrir que su madre había regresado el dinero pa...