capítulo 3 : solo amigos

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El canto de los pájaro se escuchaba desde muy temprano despertando a todos, en especial a elizabeth pero no se había despertado de muy buen humor después de la discusión de anoche, sus ojos estaban hinchados de tanto de llorar, sus labios secos y voz rasposa dando a entender que no tuvo una buena noche.se sentia culpable pero de que, ella solo intentaba ayudar a su familia nunca pensó que pedirle los ducados prestados a don hernán le causaría tantos problemas.

salió de su habitación después de pensarlo por varios minutos,al llegar a la sala su hermana y sus padres ya estaban ahí, esperándola para poder desayunar.

—buenos días—dijo con su voz rasposa algo cansada—no voy a desayunar debo llegar temprano hay—mira a sus padres para luego salir de la casa—

En todo el camino hacia su trabajo Elizabeth solo pensaba en todo lo que se dijeron ella y su madre anoche,en eso escucha la voz de Harry y la saca de sus pensamientos.

—buenos días lilibeth, dormiste bien—harry tenía una gran energía en la mañana a diferencia de su amiga que desearía seguir dormida—¿porque esa cara lilibeth?—le preguntó harry a elizabeth—

—no tuve una buena noche—su voz ronca lo hacía notar-y no quiero hablar de eso ahora—la chica se notaba desanimada y cansada—

—tuviste una discusión con tu madre otra vez—era bastante obvio que habían discutido—¿que sucedió ahora, Elizabeth?—

—nada ya sabes como es mi madre, le gusta tener una discusión por cualquier cosa—mira harry antes de entrar a su trabajo—nos vemos mas tarde—

—espera elizabeth—le llamó antes de que desapareciera por esa puerta—que tal si vamos al lago después del trabajo—la mira esperando su respuesta—

—me parece bien, ahora si nos vemos mas tarde—dijo para luego entrar a su trabajo—

Harry se quedó viendo la puerta por unos segundos para luego irse a su trabajo ya que iba un poco tarde, al entrar su jefe ya lo estaba esperando con bastantes cosas por hacer.

—llegas tarde harry—su jefe, el señor aldric le reclamó—sabes cual es la hora entrada—al señor aldric le gustaba la puntualidad de sus empleados-

—lo lamento señor aldric me quede dormido—se excusó harry—le prometo que mañana llegaré más temprano—

—siempre es la misma excusa muchacho—el señor aldric lo mira mientras encendía la fundidora de metal—si vuelves a llegar tarde te tendré que despedir—advirtió el anciano—

—no se preocupe señor no volverá a pasar—diciendo esto el chico se puso a trabajar—

durante todo la tarde harry solo pensaba en todo lo que le dirá a elizabeth, lo había pensado desde hace varias meses, se sentía nervioso y a la vez ansioso ya que era la primera vez que le expresaba sus sentimientos a alguien,al llegar la tarde harry no dudo de salir corriendo a su hora de descanzo misma que usará para ver a elizabeth en el lago susroy.

al salir se percató de que Elizabeth ya estaba en el lago esperando a que él llegara, cuando llegó al lago pudo verla sentada en la orilla de este, se acercó para sentarse a su lado.

—hola lilibeth—dijo con una tímida voz—pensé que me esperarias—la mira mientras jugaba con los cordones de sus viejos zapato—

—salí más temprano para descansar bien hoy tengo turno hasta muy tarde en la noche—la voz de la chica se escuchaba un poco mejor que en la mañana—

Harry miró a su mejor amiga para poder entender todo lo que sentía por ella y así expresarlo.

—lilibeth tengo algo importante que decirte—agarró a la mano de su mejor amiga para que ella lo viera a los ojos—desde hace tiempo que vengo sintiendo esto por ti—suspiro para poder seguir hablando—elizabeth rossi me gustas, desde que hace bastante tiempo que mi corazón late de otra manera cada vez que te veo,tus hermosos ojos verdes me alegran el dia con solo mirarlos y no lo tomes mal pero de verdad estoy enamorado de ti—

—harry que lindo que expreses lo que sientes, pero en estos momentos no estoy para tener una relación amorosa y menos con mi mejor amigo me toda la vida—elizabeth quito sus menos de las de harry—lo lamento pero no puedo—la chica algo apenada salió casi corriendo del lago para llegar a su trabajo—

el chico solo se quedó viendo como la chica se iba y con su corazón en la mano regresó a su trabajo y continuó hasta el final del día.

      

la corona del emperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora