En un mundo de traiciones y violencia, Mi nombre narra la historia de Yoon Ji-woo y tn, quienes presencian el asesinato de su padre y deciden tomar venganza.
Para ello, se unen a una organización criminal, perfeccionando sus habilidades de combate b...
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Decidí no ayudar a nadie más, quedándome sola con Ji-woo en un momento crítico. Ella, con una determinación feroz, logró liberar a Gang-jae, aunque él permanecía a una distancia segura, brindándome su apoyo silencioso.
La presión de la situación era abrumadora; el peso de las decisiones que había tomado me aplastaba. Finalmente, incapaz de resistir más, caí rendida y desmayada, lo que selló la victoria de Ji-woo en nuestra lucha.Al despertar, la confusión me envolvió, pero lo primero que vi fueron esos ojos que tanto me encantaban.
Me encontraba en una cama, rodeada por un ambiente cálido y familiar. Gang-jae estaba a mi lado, su mano firme y reconfortante sosteniendo la mía. Su presencia era un ancla en medio de la tormenta de mis pensamientos y emociones. La conexión entre nosotros, aunque marcada por el caos y la traición, se sentía más fuerte que nunca en ese instante de vulnerabilidad.
Gang-jae: Como sigues?
Tn: Eso debería preguntarte yo, no crees?
Gang-jae: Buena pelea
Tn: Gracias, tu pelea no estubo nada mal
Gang-jae: Ey! Te dejo descansar, quedar en el segundo puesto no debio ser tan fácil
Tn: Ni el tercero, si te hubiera ayudado...
Dije al ver que ya se estaba retirando del cuarto donde me encontraba
Gang-jae: No te eches la culpa, todo pasa por algo
Dicho eso, se fue dejándome sola, y me acosté a dormir. Sin embargo, un ruido proveniente del cuarto de mi hermana me despertó. Al asomarme, me encontré con una escena aterradora: Ji-woo estaba en un estado que no sabría describir, pues parecía drogada.
Mientras Gang-jae y uno de sus amigos estaban allí, tensos y peligrosos. El amigo de Gang-jae se acercó a Ji-woo, y en un movimiento rápido y brutal, le clavó un pedazo de vidrio en la entrepierna.
El horror me paralizó por un instante, pero Ji-woo salió corriendo del cuarto, su rostro reflejando el dolor y la confusión. Antes de seguirla, me volví hacia Gang-jae, lanzándole una mirada que combinaba tristeza y furia.
Su expresión era un espejo de mis propios sentimientos, pero no había tiempo para palabras. La urgencia de proteger a mi hermana me empujó a salir tras ella, dejando atrás la tensión que había surgido entre nosotros.
Al salir, vi de reojo cómo Gang-jae cogía un martillo y salía del cuarto donde antes nos encontrábamos. La imagen me heló la sangre; su expresión era una mezcla de determinación y furia, y el sonido del martillo resonaba ominosamente en el aire.
El corazón me latía con fuerza mientras recordaba la escena anterior, el dolor que había causado su amigo a mi hermana. Sin pensarlo, decidí seguirlo, sabiendo que la situación podía volverse aún más peligrosa. La tensión era palpable, y cada paso que daba me acercaba a un enfrentamiento inevitable.
