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—¡No puedes hacerme esto! — exclamaba Alice. Lukas estaba terminando con ella
—Realmente lo hago por ti. Todo esto que te está ocurriendo es por mi culpa, no puedo controlar a mis fans, perdóname.
—Hubiera preferido haberlo hablado en persona. — murmuró Alice con la voz rota.
—Digo lo mismo.
Se escucho un último suspiro de parte de Alice, y después colgó la llamada. Aventó su teléfono a la cama, sentándose en ella cubriendo su cara empapada por las lágrimas. Nisiquiera sabía porque estaba llorando, por qué le dolía. En realidad nunca fueron pareja, nunca lo lograron.
¿De verdad estaban terminando? ¿O solo le estaban poniendo fin a una simple etapa?
Mientras que por el otro lado, no había salido ninguna lágrima, ningún signo de dolor se había presentado. Parecía haberle importado muy poco.
Ahora mismo ella solo deseaba ir a su casa a gritar "¡Jodete, Urkijo!" quince veces.
Pero, por obvias razone, no podía. Si tan solo la llamada hubiera durado unos segundos más, lo hubiera insultado como si no hubiera un mañana, esa era su forma de desahogarse, aunque la hubiera tomado como loca, pero no le importaba.
¡Una llamada era la manera más ridícula de terminar una relación! Nunca lo hubiera esperado de él, ya que siempre le pareció un chico lo suficientemente maduro para poder tener una relación estable, pero todas esas expectativas se habían caído en cuestión de segundos. Era una mezcla de odio, decepción y tristeza, pues ni siquiera lograron ser algo más que "amigos con derechos".
O así lo denominaban sus amigos.
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