Obligame

IV

Potter se estuvo quieto al menos diez minutos antes de pasearse por todos los rincones de sus habitaciones y llenarlas de su olor. Severus no tuvo opción más que quedarse en su lugar, estaba cansado y no quería ponerse a pelear por eso, mejor pensó en algo productivo, y eso era en lo que iba a hacer cuando se enteraran que es un Omega y para joderlo más, estaba embarazado.

«Tengo dos opciones, o me largo de este lugar y crío a mi cachorro solo o afrontó las consecuencias y haber que pasa»

El irse era desaparecer del mundo, estar muerto para todos y mantener a su hijo escondido. No quería que su cachorro llevará esa vida, el no poder socializar con nadie y tener que estudiar en casa, que se pierda la experiencia de conocer a mas personas e ir a una escuela. No quería que su vida fuera como la de él, quien se mantuvo en casa por siempre y no conoció a nadie hasta que se escapó para evitar los golpes de su padre y esconderse en un parque cerca de su casa.

Pero tenía miedo de lo que le pasaría si se llegaban a enterar que es un Omega. Lo mandarían a un Reformatorio Omega y le prohibirían el ver a su hijo, quizá hasta lo mandaban a cualquier orfanato para que creciera ahí. Cualquier opción era mala, una peor que la otra tal vez, Pero seguía siendo mala.

Cuando Potter dejó de pasear por todos lados el se levantó y se fue a su cama, no tardó mucho para que el invasor se acostara a su lado y lo abrazara.

—Potter, suelteme —pero en contestación recibió un gruñido, eso lo molestó y se dió la vuelta para ver directamente a los ojos verdes —Se lo dije hace rato, no quiero escucharlo gruñir me otra vez —con esas palabras jaló un poco el cabello del Alfa, quien solo hizo una pequeña mueca de dolor antes de empezar a parpadear una y otra vez, para sorpresa de Severus Harry apretó más su cintura, acercándolo a su cuerpo y oliendo su aroma.

Severus no supo que hacer, solo se quedó ahí, quieto, sintiendo la respiración de Potter en su cuello.

—Le dije que me suelte —le estaba haciendo cosquillas, y tenía una pequeña, pero muy pequeña sonrisa en sus labios. Potter alzó el cuerpo de Severus y lo dejó encima de el, haciendo que la cabeza de Severus quede en su pecho —Haga lo que quiera entonces, Alfa desobediente —la única respuesta de Harry fue dejar un ligero beso en su mejilla antes de cerrar los ojos, dispuesto a dormir.

«Me dió un beso... En la mejilla» Severus se sonrojó hasta la punta de sus orejas, escondió su cara en el pecho del Alfa y aspiró su aroma, eso lo tranquilizó, y aún sintiendo las manos de Potter en su cintura decidió dormir, si Potter se comportaba así esos tres días, no le sería complicado tratar con el.

Se equivocó...

Potter no lo dejaba solo en ningún momento, para ir al baño tenía que dejarlo pasar o empezaba a tocar la puerta desesperadamente, para bañarse igual, en un momento de enojo Severus cerró la puerta con seguro y se metió a bañar.