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Wei Ying salió de casa a las cuatro en punto de la tarde siguiente. Wanyin le esperaba fuera igual que el día anterior, aunque en esa ocasión Princesa no estaba con él. Le llamó la atención lo guapo que era. Por supuesto, Jiang Wanyin siempre había sido guapo, pero a veces era difícil notarlo por su aire de intimidación. De todos modos, era tan evidente que no pudo evitar preguntarse por qué nunca lo había apreciado adecuadamente.

—Hey —dijo Wanyin. Si Wei Ying no se equivocaba, la mirada del Jiang cambió al verlo. Se volvió... ¿más suave? Ellos le tomó desprevenido. Siempre había pensado que esos mismos ojos eran tan fríos.

—Hola —saludó Wei Ying. Creyó que lo había dicho con menos estridencia que antes.

—¿Has cenado ya?

—No, todavía es temprano.

—Bien —Wanyin le tendió la mano—. Ven conmigo.

Esta vez, Wei Ying la tomó por su cuenta. Tal vez porque sabía que si no lo hacía, terminaría arrastrado a donde quiera que Wanyin se dirigiera. Aún así, no se sintió para nada como arrastre mientras caminaban juntos por la calle. Por el contrario, se sintió exactamente como se supone debe sentirse tomar la mano de otra persona.

En el momento en que Wei Ying lo discernio, sus mejillas se pusieron rojas. No podía ser. No iba de la mano con el terror de su clase. Jiang Wanyin no le tomaría la mano, sería mucho más probable que se la torciera y le rompiera la muñeca, ¿no? Solo estaban técnicamente tomados de la mano, pero no realmente tomados de la mano.

Cuánto más pensaba Wei Ying en ello, más estúpido sonaba. Así que intentó pasarlo por alto. Aunque era bastante difícil no hacerlo, con el mayor _tomándole_ la mano.

Caminaron juntos por las calles, casi en silencio. Como era de costumbre, Wanyin parecía propenso a decir algo, sin embargo, se detenía. Wei Ying se preguntó por qué. Ya había prometido hacer lo que Wanyin quisiera. ¿Acaso no podía simplemente escupirlo y exigirle algo? ¿qué le retenía?

—¿Alguna vez me vas a obligar a hacer algo? —el Wei le preguntó en voz alta.

—¿Obligarte a hacer algo?— Wanyin le hizo echo. Un segundo después, sus mejillas se sonrojaron—. No haría nada que no quisieras hacer. P-prometido.

—Entonces, ¿qué sentido tiene?

—¿El punto? —parecía confundido—. ¿Estoy entendiendo mal la palabra 'hacer'? Te refieres a ella como 'forzar', ¿verdad? No querrías que te obligara a hacer algo... ¿no es así?

—¡Claro que no!

—Entonces no hay problema. No lo haré.

—¿Y por qué me chantajeas?

—Lo siento, pero no conozco el 'chantaje' —se le escapó la pronunciación china al decirlo.

¿Cómo es posible que alguien como él no conozca esa palabra? se maravilló. Pero antes de que pudiera explicarlo, llegaron a un edificio.

—Aquí —dijo Wanyin. Abrió la puerta y arrastró a Wei Ying al interior.

Era un estudio de arte. Las paredes estaban cubiertas de pinturas de paisajes y una de un jardín de flores se encontraba apoyada en un caballete en el centro de la habitación. Se veía como algo del Festival de las Flores de Wuhan y era muy bonito.

—¿Pintaste eso? —preguntó Wei Ying.

—No, lo hizo mi hermana. Este es su estudio.

—Oh —Wei Ying había imaginado a la familia Jiang como un clan mafioso o del tipo Yakuza. Aparentemente no, si estaban pintando flores, ¿era él la oveja negra? Sin embargo, se resistió inmediatamente a la idea, se sentía más a gusto en ese estudio de arte floral que en todos los callejones y almacenes abandonados que el menor había imaginado.

Bad Image [Chengxian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora