Capitulo 1

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Quizás esto era retribución por todo esos pobres NPC que hice pasar a mejor vida en los juegos de la saga Fallout cuando creaba personajes únicamente para divertirme en el yermo como si fuera GTA, pero ahora... soy el hijo de James, el protagonista del juego.

...

Ya tenía poco más de un año de edad, y llego ese día.

Encontré el libro "¡Eres ESPECIAL!"

Sí, mi padre me dejo un momento a solas mientras se iba un rato por algo, entonces, creyendo que me contendría una puertecita para bebes, logre salir de donde me dejo y alcanzar ese libro.

Lo curioso fue crear mis estadísticas.

Fuerza: 5

Percepción: 5

Resistencia: 5

Carisma: 5

Inteligencia: 5

Agilidad: 5

Suerte: 5

Tenía 15 puntos para distribuir, o al menos eso decía aquella pantalla de holograma frente a mí.

Al principio solo aparecía mi nombre, género y edad, además de nivel, que era 1, pero ahora esto...

No sé si eran más puntos de lo normal, pero los distribuí según me pareciera mejor.

Fuerza: 7

Percepción: 7

Resistencia: 6

Carisma: 6

Inteligencia: 8

Agilidad: 8

Suerte: 8

Me parecía lo suficientemente balanceado.

Luego llego mi padre, sorprendiéndose por verme fuera de la jaula para bebes.

Me hablo de cierta cosa de la biblia, un pasaje, 21:6, Si, ese del agua, que debería ser para todo aquel que tuviera sed.

¿Proyecto Pureza, sino mal recuerdo?

Ya tengo algunas ideas en mente para el futuro, y 18 años para prepararme.

...

Fue extraño acostumbrarme a la vida en el refugio 101, todo era realmente seguro aquí, o al menos lo será hasta dentro de 9 años, porque hoy cumpliré 10, y se lo que eso significa, ¡por fin podre tener un Pipboy!

Además del rifle de aire comprimido.

La fiesta fue... bueno, mala, pero Amata, mi padre, y algunas personas la hicieron más amena, al menos fue mejor que las pequeñas fiestas que tuve en años anteriores.

Incluso si cierto robot se cargó la torta por más que intentara convencer a mi padre que lo mejor sería que el la cortase.

Y Butch rompiéndome los huevos por un bollo dulce de canela que me habia regalado la anciana Palmer.

Los regalos del día, un Pipboy 3000 desgastado, una gorra de béisbol por parte del plomero Stanley, un comic de Grognar el Bárbaro por parte de Amata, un Bollo riquísimo de la abuela Palmer, un rifle de aire comprimido de parte de mi padre, y un poema de Beatrice.

No estuvo tan mal...

Hasta que tocaba dispararles a las putas Mutarachas, el juego no les hace justicia, son horrendas, y dan miedo.

¡y una volaba, su puta madre!
por suerte el rifle de aire comprimido fue suficiente para matarlas, nunca pensé tener tan buena puntería, hasta que recordé mis estadísticas especiales, no estaban nada mal, en percepción y agilidad.

Fallout: El Sendero del Trotamundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora