Aterrizaje de Reyes 300 AC.
Rhaella.
Se había sentado a través del cuerpo a cuerpo con su estado de ánimo pasando de preocupado a impresionado, a aterrorizado y finalmente se había asentado en furioso. Junto a su Bonifer estaba igual de enojada y cuando se volvió para ver a Rhaegar, llamó la atención de Jon Connington y su furia casi se hirvió. Ver a su nieto ganar se vio ensombrecido tanto por la sangre que venía de su mano como por el hecho de que su otro nieto había tratado de avergonzarlo y dañarlo.
Se puso de pie al igual que Bonifer y salió de sus asientos, mirando tanto a su nieto como al señor del jengibre mientras lo hacía. Rhaella sabía exactamente lo que haría su partida, esta noche en la fiesta estaría entre los temas para chismes y eso fue bueno. Sin que ella lo hiciera, todos estarían hablando de otros eventos y ella no deseaba eso, dejemos que la gente hable de su disgusto. Bonifer la llevó a la parte de atrás donde la gente se estaba quitando la armadura, y a la tienda donde Daemon estaba teniendo su lesión vista. Thoros y Ser Arthur esperando con él, mientras Barristan hacía guardia mientras un Maestro veía la mano de Daemon.
"Cómo está él?" ella le preguntó a Arthur cuando llegó allí.
"Un pequeño corte, no es nada de qué preocuparse." Arthur dijo y ella notó la falta de su propia preocupación tanto en su voz como en su expresión, lo que la alivió.
"Viste?" ella dijo sin dar más detalles.
"Lo hice." y esta vez la expresión en la cara de los caballeros era muy diferente.
"Y qué pretendes hacer al respecto?" ella preguntó puntualmente.
"No volverá a usar la capa, mi reina, de eso puedes estar segura." Arthur dijo y ella atrapó a Barristan por el rabillo del ojo asintiendo con la cabeza con su acuerdo.
"Bueno." dijo que se mudó a Daemon cuando el maestre terminó.
"Lo siento", dijo tímidamente cuando ella lo alcanzó y se sentó a su lado.
"Cómo es?" ella le pidió que tomara su mano en la suya.
"No es nada, en realidad, he tenido algo peor", dijo y ella se estremeció al pensarlo.
"Qué pasó con los amigos de Aegon?".
"Mi hermano deseaba verme derribar una o dos clavijas, nada más. Está bien Thoros y pensé que eran una lección que no olvidarán pronto", dijo, y ella levantó la vista y sonrió al Sacerdote Rojo.
"Te agradezco por tu parte en mantener a mi nieto a salvo Thoros, aquí y mientras estaba lejos de mí."
"Él también es mi príncipe, mi reina." Thoros dijo y ella asintió.
Alcanzando a cabo ella tocó el favor que había atado a su brazo, carmesí y oro, un cachorro de leona joven sin duda, vio Daemon casi sonreír antes de sonrojarse y luego se puso de pie y tomó su brazo.
"Ven abuela, aquí no es donde quieres estar, volvamos a la Fortaleza Roja." Dijo Daemon y ella asintió.
Cuando se levantaron para irse, vio al lobo blanco, le había pensado una cubierta o una alfombra que había tendido allí tan silenciosamente, sin siquiera respirar. Pero tan pronto como se levantaron, él también, tan pronto como se mudaron, y mientras caminaban desde la tienda, caminaba junto a su nieto casi mirándola para decirle que tenía esto. Caminaban desde los terrenos cuando Ser Jaime y su sobrino los vieron y se acercaron, el joven casi una imagen especular del caballero deshonrado.
El hombre que manchó su capa, el hombre que rompió su honor, la gente había llamado por su cabeza, o por lo menos su mano y fue entonces cuando ella intervino. Jaime había hecho sus órdenes, había protegido a su familia, tal como la tenía, la más honorable de todas. Ella le sonrió cuando se acercó y lo vio sonreír a ella y a Daemon también, mientras su sobrino miraba a su nieto como si fuera el guerrero renacido.
ESTÁS LEYENDO
El príncipe oscuro y la leona dorada
FanfictionBastardo, Fuegoscuro, Príncipe Oscuro, Jon Snow han sido llamados todos en algún momento. Después de desaparecer misteriosamente hace ocho años, ha regresado como un hombre diferente. Aquellos que lo obligaron a alejarse pronto descubrirán que, al i...