Amor.

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Si, la amo, la amo mucho, me gustan sus cálidos ojos, sus orbes brillantes, sus increíbles manos talentosas.

Ella es linda, como una rosa, yo no soy nadie comparado, me siento culpable de ira, pero me siento culpable de enamorarme de ella.

Sólo soy nadie a sus ojos, pero para los míos ella es una princesa.

Lindo rostro, orbes oscuros con un singular brillo me miran, me mira un angel caído, me mira con cierto amor no aceptado por ella.

Me siento mal por eso, me siento mal por su posible rechazo, ¿pero ella sentirá lo mismo?

Inquieta me encuentro, ella se acerca y me envuelve con su cálido aroma a rosas, una flecha de amor atraviesa mi pecho, siento como si Cupido me estuviera apoyando.

Sólo sigo sin preámbulos, sigo en sus brazos mientras ambas disfrutamos el momento.
Sólo es amor entre ella y yo.

Sí, la amo.

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