CAPÍTULO 17

527 51 5
                                    

CESAR PARRA.

Llevo veinticinco minutos dándole al saco de king boxing y la frustración no pasa, necesito buscar una forma de desahogarme, me subo a la caminadora y la pongo al máximo, pero nada el sudor empapa mi sudadera y recorre todo mi cuerpo, suena la alarma y me informa que ya es hora de ir a ducharme para ir al trabajo, cuando llego al apartamento ya Eugenia está en la cocina, pero en vez de ir a ni habitación voy al segundo piso, abro la puerta, pero no veo a T/n, entro a la habitación y veo su ropa tirada en el piso, el sonido del agua caer la delata, abro despacio la puerta del baño y la imagen que tengo delante de mí hace que mi polla se active, esta desnuda y el agua corre por su cuerpo, puedo ver cómo acaricia su pelo, mientras lo aclara seguro del shampoo, quito mi ropa con discreción, me meto a la ducha y la atraigo a mí.

- Buen día, T/n - susurro en su oído y con mi mano abierta recorro todo su abdomen hasta llegar a su clítoris, ella gime.

- Buen día - susurra, llevo mi otra mano hasta su pezón y lo acaricio, mientras con la otra hago círculos en su clítoris, llevo dos dedos a su entrada y la acaricio antes de introducirme en ella, hago círculos, entro y salgo, ella gime de frustración cuando saco mis dedos, le doy la vuelta para ponerla frente a mí, veo sus ojos oscuros de deseo y sus mejillas rojas, me provoca mordiendo su labio, me acerco a ella y con mis labios hago que lo suelte, para luego besarla.

- ¿Terminaste de ducharte? - mi voz esta ronca de deseo, ella asiente, la cargo y todo su cuerpo roza mi erección - Enreda las piernas - lo hace y afianza su agarre en mi cuello, salgo de la bañera con ella a cuestas y la llevo hacia la cama, la deposito sobre la cama y vuelvo al baño por unos preservativos y mi ropa, siento su mirada sobre mí desnudes, subo a la cama y me coloco entre sus piernas, juego un poco con sus pezones y ella se retuerce, mis dedos están en su entrepierna, me separo un poco para ponerme el preservativo y despacio la penetró, ella abre grande los ojos al sentirme toda.

- Voy a moverme - le digo, ella asiente y lo hago despacio disfrutando cada estocada, me sigue el ritmo que acompañado de sus gemidos hace que me pierda en este mar de deseos.

- Más rápido - pide, me muevo más rápido y su interior se contrae en mi erección, la escucho gritar mi nombre cuando se corre y sus frenéticos movimientos hacen que yo también me corra, escondo mi cara en el hueco de cuello y su delicioso olor hace que ni agitada respiración se calme, siento sus manos acariciar mi pelo, es una sensación tan relajante, pero a mi mente llega la discusión de ayer, la miro a los ojos, mientras salgo de ella, me paro de la cama, ella se incorpora y me mira, me quito el preservativo le hago un nudo y lo hecho en la papelera.

- Es mejor que te alistes, en media hora salimos - me pongo el pantalón de hacer ejercicios y la franela - Te espero para desayunar.

- Sí, señor - dice, veo sus ojos cristalizarse, pero que puedo hacer esta fue su decisión, voy a mi habitación y me meto en la ducha, ahora mi cuerpo está saciado, pero mi mente no.

T/N MEZA.

Después de un alucinante orgasmo, todo el peso de Cesar está sobre mi cuerpo, su cara escondida en mi cuello y yo acaricio su pelo, si las cosas fueran así siempre, saca la cabeza de su escondite, me mira a los ojos y por un instante pienso que va a decir algo, pero no es así sale de mí dejando una sensación de vacío inmensa, lo veo ponerse de pie, sigo cada uno de sus movimientos, se quita el preservativo y lo tira en la papelera.

- Es mejor que te alistes, en media hora salimos - se pone el pantalón de hacer ejercicios y la franela - Te espero para desayunar.

- Si, señor - digo y siento que mis ojos se humedecen, pero no me permito llorar delante de él y sale de la habitación, abrazo mis rodillas, sé que esto me lo busque yo, pero porque me siento tan mal, me paro de la cama y me doy otro pequeño baño, salgo y me alistó para ir a la universidad luego al médico con mi madre, por cierto ayer la llamé y me dijo que no había problemas y Vanessa también viene con nosotras, me visto con un pantalón negro roto de las rodillas y una blusa blanca de tirantes, me pongo un suéter gris y me pongo unos tenis blancos, recojo mi pelo en una cola de caballo, busco mi bolso y bajo a la cocina, cuando llego solo está Eugenia.

- Buenos días, Eugenia - la saludo.

- Buen día, T/n - me sonríe - Te sirvo el desayuno.

- Sí, pero esperemos a Cesar.

- Aquí estoy - dice entrando a la cocina, toma asiento sin dedicarme una simple mirada - Ya puedes servir, Eugenia - le ordena, desayunamos en total silencio y el camino hacia la universidad es igual, él va tecleando en su celular y yo mirando por la ventana, aparcamos fuera de la universidad.

- T/n, si lo necesitas no dudes en usar la tarjeta de crédito - dice - Que tengas buen día.

- Gracias e igual que tenga buen día - me bajo del auto y camino hacia la facultad sin mirar atrás.

Estoy en la sala de espera acompañada de mi madre, hasta que la secretaria del doctor Swan nos avise que podemos pasar.

- T/n, ¿Cómo te trata ese hombre? - dice mi madre.

- Bien, mamá. No lo pongas como un troglodita - me mira con curiosidad - Apenas tiene 27 años, es muy apuesto e inteligente, tiene unos cambios de humor bastantes drásticos, pero... - no encuentro palabra.

- Pero si no supiera por qué estas con él, juraría que lo quieres - dice y la miro con horror.

- Claro que no, mamá - digo y me pongo de pie, luego me siento - Lo nuestro es solo un contrato.

- ¿Segura? - dice y toda mi mente comienza a trabajar mil por horas.

- Señora Chloe Meza - dice la secretaria, no ponemos de pie - Puede pasar - nos conduce hacia un consultorio, entramos y hay un hombre como de 50 años sentado detrás del escritorio, se pone de pie y nos da la mano.

- Señora Meza - le da la mano y se queda con ella agarrada por una eternidad - Fernando Swan, un placer - miro a mi madre y ella sonríe tímidamente. ¿Qué paso aquí? ¿De qué me perdí?

- Señorita Meza - me saluda a mí - Pueden tomar asiento y presta toda su atención en mi madre, le hace un sin fin de preguntas, le pide a mí que le muestre sus piernas para ver la retención de líquido y sus tobillos están muy hinchados, le pasa un frasquito y le pide que haga pista, en lo que mi mamá va al baño llama a una enfermera, cuando mi mamá sale del baño le entrega el frasco y le pide que desde que tengan los resultados le avise.

Esperamos en silencio, diez minutos después suena el teléfono y todos nos ponemos alerta, él contesta y veo su cara tensarse con lo que esa escuchando, cuelga y mira a mi madre.

- Señora Meza, vamos a tener que dializarla - dice con pena, veo a mi madre y sus ojos están llenos de lágrimas, ya que ese proceso no es fácil, las agujas las máquinas - Todo va a estar bien, yo me encargaré de ello - por alguna razón sus palabras me tranquilizan, no da una indicación y vamos a un departamento de hemodiálisis, a mi madre la entra en una habitación para prepararla y en ese momento aprovecho para llamar a Vanessa y explicarle la situación, como no me dejan entrar a la habitación, aprovecho y voy al consultorio de la doctora, ella me hace una prueba para descartar un embarazo, por suerte es así, luego me aplica una inyección que tiene durabilidad por 3 meses y un mínimo margen de error.

Vuelvo a la sala de hemodiálisis y me encuentro con Vanessa, al verme me saluda y nos sentamos a esperar, una hora después el doctor Swan sale y nos dice que ya termino, pero que van a tener que dializarla interdiaria hasta que se haga el trasplante.

Mi madre y Vanessa deciden irse en un taxi a la casa y yo me quedo esperando a Taylor, cuando veo el auto me acerco a él para que no tenga que tomarse molestias conmigo, ya que me he dado cuenta de que no le agrado, llegamos a la casa y subo directo a mi habitación, al sentirme sin que nadie me observa y nadie a mi alrededor me permito llorar, no quiero que le pase nada a mi mamá, me recuesto en la cama hasta que el sueño me vence...

Ya es muy tarde😰🫤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora