ur so pretty

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¿La verdad? Me apetecía mucho escribir algo sencillo, sin pensar demasiado en la trama, casi como si estuviera jugando a narrar algo que narrando en sí mismo. Y, cuando una amiga me pasó la idea de mi otp haciendo el bobo en la cama, no pude resistirme. ¡Espero que os guste!

Cuidadín porque hay spoilers del manga uwu.

Disclaimer: Haikyuu!! Le pertenece a Furudate, yo simplemente vivo enamorada del Kagehina.

You're so prettyWhen you smile, it kills me, ohCan't stop thinking 'bout the way you kissed meUnder the stars

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You're so pretty
When you smile, it kills me, oh
Can't stop thinking 'bout the way you kissed me
Under the stars

*

I.

Kageyama gira la cara hacia la almohada para enterrarse en ella soltando un gruñido exasperado.

Al maniobrar, su cuerpo queda tumbado bocabajo casi en su plenitud. El hombro y todo el dorso de su brazo derecho rozando el torso de Shōyō. La comisura de una sonrisa atisbándose desde el lateral. Traicionándolo.

Como si esa parte de su cuerpo respondiera a los deseos de su amigo por mucho que su dueño intentara ocultarlo.

—Eh, eh, tramposo —protesta—. No te atrevas a esconderla de mí, es mía.

Y, por arte de magia, lo que antes se vislumbraba entre arrugas de algodón termina de materializarse curvando la mejilla.

Por Dios, qué guapo eres.

—No sé de qué me estás hablando, atontado.

Sus palabras suenan amortiguadas y burlonas contra el forro blanco y a Shōyō le duele el corazón no estar tocándolo directamente en cualquier parte.

De verdad, cualquiera.

—Te voy a morder el cuello con tanta fuerza que te dejaré la marca de mi dentadura estampada durante días si no me dejas tomarte la foto —trata de asustarle divisando la línea del tendón que baja por el costado de su garganta, meditando a qué altura sería la ideal para que le resultara imposible tapársela—. Te lo juro, Kags, vas a tener que darle explicaciones a todo el equipo.

Sería suficiente con apartarle los mechones de la frente. Acunar su mejilla. Apoyar la suya en la curva de su hombro y mirarle desde ese nuevo rincón.

Solo lo justo para quitarse las ganas.

—¿Es una amenaza —recapacita—... o una oferta?

El resoplido de una carcajada persigue a la interrogación casi de inmediato y una sensación desestabilizante se instala al final de su estómago como si le hubiera propinado un golpe improvisado justo bajo el ombligo.

Desde que Kageyama se rodea de italianos, Shōyō sufre por la cantidad ingente de frases demoledoras que ha aprendido.

¿Es una amenaza o una broma?

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