Capitulo 7

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Libros.

Domingo, estoy en la librería.

Si, me encanta leer aunque el tiempo que tengo es ilimitado, bueno no tanto.

Después de dormir bien esa noche con mí pistola bajo la almohada, segura de que nadie entre por la puerta.

Anny regreso en la mañana justo cuando iba a salir a la librería.

Ni siquiera me miró, pero si que estaba muy sonrojada.

Vaya ese rarito de Steven, si es tremendo.

Seleccioné dos libros por ahora y me voy de la librería caminando hacia el apartamento.

Pero lector ¿me creerás?, pues no iré a casa tan temprano.

Miro a mí alrededor y me dirijo a un callejón que conozco bien, necesito municiones para lo que se viene y estaré más que lista.

El local donde compro las municiones esta entre callejones que solo sabe gente específica, después de doblar más de 5 esquinas diferentes llegó.

El pequeño edificio azul de tan solo tres pisos medio destruido se posa frente a mí mientras me acerco a el.

La puerta es de cristal antigua y vaya que ha soportado.

Cuando entro este es solo una tienda de ropa la cual tiene una escalera de coral al fondo que llega a la parte de arriba, me dirijo allá, pero alguien me cierra el camino.

Una chica muy bajita con grandes lentes y un peinado que va a todas direcciones con la ropa en todos los tonos de colores que existen me detiene.

~Sveglia l'ombra~ (despierta la sombra), dice en italiano.

~E apri la porta~ (y abre la puerta), le respondo completando la frase.

La chica desaparece y sigo mi camino a la escalera escalera de coral que subo y llegó al segundo piso consiste que es un largo pasillo con puerta en ambos lados, camino hasta el final de este y llegó a la última puerta la cual abro y aparece el rostro del sujeto que siempre me vende armas.

El italiano-americano, Emilio Rossi.

Más bien conocido por robarle armas a estados unidos y venderlas sin ser rastreado.

Lo veo en su escritorio y levanta su cabeza de pelo negro para mirarme.

~Benvenuta bella Arys~ (bienvenida bella Arys), dice sonriendo característico de él.

Se levanta alegre rodeando el gran escritorio y llegando a mí en su típico traje de camisa, tirantes, pantalón y zapatos bien pulidos todos del mismo color negro y con su cinta de pistola que parece un chaleco.

~Estas poniéndote algo viejo~ le digo también sonriendo.

~Viejo~ niega abrazándome~ nunca~ me aprieta y yo a él dandonos unas palmaditas de saludo en la espalda.

~Haz crecido bastante piccolo Arys~ (pequeña), se aleja y me ofrece asiento y no dudo en acomodarme.

El vuelve a su asiento detrás del escritorio.

~y bien me dirás que te a traído de vuelta después de 5 años~ su acento no se marca como antes.

~Necesito armas~ le suelto rápido y sin rodeos.

~Sabes que tengo y de sobra~ me mira intrigado~ se puede saber el motivo~ se inclina en su escritorio.

~Asuntos querido Rossi, no quiero involucrarte~ le digo sonriendo de vuelta.

PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora