only

1K 44 32
                                    

Harry está amasando la masa blanda que debe entrar en el horno. Está preparando la comida para ese domingo, que es dentro de dos días, y hornear es su parte favorita de todo el proceso de preparación de comidas para su familia. Ese domingo sería Nochebuena, es decir, el cumpleaños de su marido, así que Harry se está encargando de que Louis pase el mejor día con su familia.

El sol de la tarde, que pronto será sustituido por el color miel del atardecer, se asoma por la pequeña ventana situada a la derecha de Harry.
Está tarareando una canción que suena en la radio mientras sus manos hacen las formas de las galletas de vainilla. Las favoritas de Louis.

Después de colocar las formas en la bandeja y meterlas en el horno, la mujer pone el temporizador para sacarlas más tarde.

Mira hacia su mesa de trabajo para pensar qué hacer a continuación. Mirando la harina esparcida por toda la superficie y las espátulas sucias en el fregadero, recuerda que aún tiene que preparar la crema con la que decorar los bizcochos. Harry quiere terminarlo todo antes de la llegada de Louis, así que se pone manos a la obra de inmediato. Coge una espátula limpia y se pone de puntillas para coger un bol de la estantería. Vierte los ingredientes y empieza a mezclarlos rápidamente.

Para ser fin de año, el día ha sido bastante soleado, sólo un viento fresco roza las hojas de los árboles del jardín, pero a Harry, que ha estado todo el día en casa con los niños, le ha permitido quedarse con su fino vestido de seda. Le gusta ponérselo todo el año, sobre todo delante de la chimenea con una humeante taza de té en las manos mientras sus hijos juegan en el suelo. Sin embargo, su momento favorito del día durante los fríos días de invierno es cuando su apuesto y encantador marido llega a casa y la recibe con un largo y profundo beso en los labios.

Mientras Harry sigue mezclando la nata, en la radio empieza a sonar su canción favorita. Una canción de jazz que la hace balancear la cintura siguiendo las palabras del cantante. Le recuerda a su luna de miel. Cuba, La Habana. Ellos bailando al son de la melodía en un club oscuro sin importarles el mundo ni la gente que les rodeaba.

Harry recuerda cómo el cuerpo caliente y fuerte de Louis se pegaba al suyo. Sus manos agarrando su vestido y su boca chupando su piel húmeda. Consumaron su matrimonio y concibieron a su primer hijo esa misma noche en la habitación del hotel, ambos borrachos de amor.

La mujer de ojos verdes se deja llevar tanto por los recuerdos que evoca la canción que no oye el débil sonido de la puerta principal al cerrarse y los pasos que se acercan a ella por detrás. Harry grita cuando dos grandes manos le agarran la cintura por encima del delantal para darle la vuelta y un par de labios atacan los suyos.

Con los ojos cerrados, Harry reconoce al instante los finos labios que le chupan la lengua y el agarre que aprieta la carne rolliza de su cintura a través de las capas.

"L-Louis" Harry se ve forzada por el oxígeno consumido en sus pulmones a apartarse y Louis gruñe opuesto aunque mantiene sus manos sobre ella, "¿Cómo te ha ido el día, amor?"

"Mejor ahora que estás conmigo, mi amor" murmura él empujándola de espaldas contra la encimera de la cocina y frotando su nariz contra la piel de su cuello hasta la mandíbula "¿Qué haces, Harry?"

Ella sonríe descaradamente emocionada por explicarle -otra vez- su plan para el domingo. "La tarta ya está hecha en la nevera..." su sonrisa crece cuando el mayor pone cara de fastidio "Y las galletas se están horneando. Estaba haciendo la crema justo antes de que me asustaras"

"¿Y no te ha gustado?" Pregunta Louis retóricamente. "Por supuesto, amor. Es que quería terminarlo todo antes de que llegaras"

"Bueno, puedes seguir adelante. Yo te vigilaré". Louis se encoge de hombros.

Milk & honey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora