𝗕𝗔𝗗 𝗥𝗢𝗠𝗔𝗡𝗖𝗘 ❚ 𝖢𝗁𝖾𝗇𝗀 𝖫𝗎.

𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝘀.

❰ narra Morgan ❱

Segundo día de la escuela y otro día de no usar uniforme. Así que me puse un jean azul y con una remera mangas cortas color crema.

Miré para todos lados pero no estaba Dre, así que me dirigí arriba para encontrarme en el aula de Harry por los apuntes. Vi que todavía no había llegado al piso dos, así que subí otra escalera más hasta que volteé con una pared, chocándome bruscamente con alguien. Esta persona, me agarró fuertemente de la cintura y me pegó a su cuerpo para que no me caiga. Era Cheng, quien estaba acompañado de sus dos amigos.

— ¿estás perdida, linda? — dijo con su voz y sonrisa arrogante — ¿Necesitas que te dé un recorrido?

— prefiero perderme en un laberinto infinito — hablé enojada. Intenté zafarme, pero él era más fuerte.

Cheng comenzó a mirarme detalladamente de arriba abajo, haciendo que mi cuerpo se tense. Él lo sintió, junto con mi mirada nerviosa. Acotó una risa y me miró fijamente a los ojos.

— ¿nerviosa, Morgan? — apretó más el agarre de mi cintura.

Abrí levemente mis ojos ante como Cheng dijo mi nombre tan atractivamente, pero no iba a caer tan rápido en sus encantos, o mínimo disimular que ya lo había hecho. Mi expresión se tornó enojada, lo empujé para que me suelte y me fui a paso rápido hacia en dónde me tenía que encontrar con Harry.

Pero no pude, tenía que ir rápidamente hacia el baño para lavarme la cara y reflexionar lo que acababa de pasar. Así que, me di media vuelta y me fui por donde vine. Los baños estaban afuera. Al salir, en frente tenía una escena: Cheng y sus amigos molestando al pobre de Dre. Al parecer, notaron mi presencia y me voltearon a ver todos.

— aléjate de todos nosotros — habló Cheng, luego de desviar su mirada de mí.

Los tres se fueron, sin antes patear la mochila de Dre y sus cosas, las cuales estaban en el piso. Seguí a Cheng con el ceño fruncido, este volteó su cara por sobre su hombro y me miró sonriendo, hasta desaparecer por la pared. Caminé hasta llegar en donde estaban tiradas las cosas del moreno, ayudándolo.

— ¿estás bien? ¿Te hizo algo? — pregunté preocupada, alcanzándole su mochila.

— solo me advirtió que no me les acercara — dijo desanimado Dre.

— pero si ellos son los que siempre te buscan — caminamos para irnos a nuestra aula.

— se — se puso su mochila —. Aunque no se que tienes que ver tú con que me aleje también, ¿acaso estás en algo con él? — me miró.